Rogelio Rodríguez Mendoza
Aunque no las consideró adecuadas, Juan Báez Rodríguez, dirigente nacional de los productores de sorgo, justificó las acciones emprendidas por campesinos del norte del estado con el cierre de carreteras para exigir el cambio de reglas de operación de los programas de subsidio al campo y el pago de adeudos rezagados por parte de la Sagarpa.
Dijo entender la desesperación de los agricultores porque los cambios en programas como Proagro y Agricultura por Contrato, les causarán muchas afectaciones.
“Por eso digo que considero justificadas las protestas pero no las considero adecuadas, sobre todo porque no se ha roto la mesa de negociaciones y seguimos trabajando para modificar las reglas de operación de los programas, y para que a la brevedad posible se nos pague lo que se debe”, indicó.
El también diputado local del PRI explicó que sigue pendiente una entrevista con el director nacional de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca), que habrá de pactarse nuevamente esta semana.
“Para nosotros es más importante abrir el programa de Agricultura por Contrato que abrirla pronto. Es decir, aunque nos tardemos pero es importante que el subsidio siga vigente”, detalló.
Los reclamos de los productores van en tres sentidos: Uno, que se revierta la decisión de la Sagarpa de reducir en 263 pesos el subsidio por hectárea en Proagro, que éste año será de 700 pesos; dos, que se les siga permitiendo el uso de facturas de diesel y refacciones para acreditar el subsidio del Proagro; y tres, que se mantenga el concepto de compensación de bases dentro del programa de Agricultura por Contrato.
Dijo que todas esas demandas son viables con la voluntad del Gobierno.
“En cuanto al dinero que se debe se nos aseguró que en estos primeros días de febrero todo quedará saldado”, señaló.
Báez Rodríguez explicó que durante la reunión con los funcionarios federales expresarán que resulta menos costoso para el país incrementar en dos mil millones de pesos el presupuesto para el campo que permitir que los campesinos sigan abandonando sus parcelas para cerrar carreteras o realizar otras protestas.
“Si se analizan los problemas, lo que se pierde en horas, hombre, combustible y tranquilidad para el país no se compara con el dinero que podría invertir el Gobierno al campo. Pierde mucho más el país con las protestas”, puntualizó.