noviembre 22, 2024
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febrero 8, 2016 | 215 vistas

SEÚL, Corea del Sur, febrero 7 (AP)

Para la maquinaria de propaganda de Corea del Norte, el lanzamiento de un cohete de largo alcance el domingo dejó un glorioso rastro de “fascinante vapor” en el cielo azul. Para la presidenta surcoreana y otros líderes mundiales fue una prueba prohibida de peligrosa tecnología de misiles balísticos, y una nueva “provocación intolerable”.

El cohete se lanzó desde la costa oeste de Corea del Norte y fue rastreado por separado por los gobiernos de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. No se registraron daños por los restos desprendidos del cohete.

El domingo, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución condenando enfáticamente el lanzamiento del cohete.

La ONU dijo que “en breve” aprobará otra resolución con nuevas sanciones económicas contra Corea del Norte.

El comunicado, aprobado por los 15 integrantes del Consejo de Seguridad, determina que lanzamientos con tecnología balística “aun cuando es caracterizado como un lanzamiento espacial de un cohete o un vehículo” contribuyen a los esfuerzos norcoreanos por fabricar armas nucleares.

Enfatiza que usar tecnología balística viola cuatro resoluciones del Consejo de Seguridad que datan hasta del 2006.

Aun así, asegura que la ONU está comprometida en “continuar trabajando hacia una solución pacífica, diplomática y política de la situación, a fin de lograr la desnuclearización de la península coreana”.

Corea del Norte, que describe sus lanzamientos como parte de un programa espacial pacífico, dijo haber puesto en órbita un nuevo satélite de observación de la Tierra, el Kwangmyongsong 4, o Estrella Brillante 4, menos de diez minutos después del despegue. Pyongyang prometió más lanzamientos similares. Un funcionario estadounidense dijo que podría llevar días comprobar si el lanzamiento tuvo éxito.

El lanzamiento se produjo poco después de la cuestionada afirmación norcoreana sobre que el país habría probado una bomba de hidrógeno. Estados Unidos y Japón no tardaron en pedir una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el domingo, indicando que Pyongyang había violado un veto del consejo sobre los lanzamientos de misiles balísticos.

Los cohetes y pruebas nucleares de Corea del Norte están considerados como pasos cruciales hacia el objetivo definitivo del país de amasar un arsenal nuclear de misiles de largo alcance. Bajo el mando de su gobernante Kim Jong Un, Corea del Norte ha prometido ampliar su arsenal nuclear a menos que Washington retire lo que Pyongyang considera una política hostil dirigida a derribar el gobierno de Kim.

En un paso que preocupará tanto a Corea del Norte como a China, Seúl y Washington acordaron iniciar conversaciones sobre un posible despliegue del sistema antimisiles estadounidense THADD en territorio surcoreano, según anunció a la prensa un alto cargo del Ministerio surcoreano de Defensa, Yoo Jeh Seung.

Corea del Norte critica desde hace años la presencia de 28 mil 500 soldados estadounidenses desplegados en Corea del Sur, y Beijing vería la presencia del THAAD, uno de los sistemas de defensa de misiles más avanzados del mundo, como una amenaza a sus intereses en la región.

En un comunicado que empleaba el lenguaje habitual de propaganda norcoreana, la Administración Nacional de Desarrollo Aeroespacial de Corea del Norte celebró la belleza del “fascinante vapor de la estela del satélite Juche en el cielo despejado y azul de la primavera en febrero, en el umbral del día de la Estrella Brillante”. Juche es una filosofía norcoreana centrada en la autosuficiencia, mientras que la alusión al día de la Estrella Brillante se refiere al 16 de febrero, cumpleaños del ex dictador Kim Jong Il. Corea del Norte ha lanzado cohetes en otras ocasiones con motivo de aniversarios importantes.

Un destructor surcoreano equipado con el sistema Aegis detectó el lanzamiento del cohete a las 9:31 de la mañana, indicó el portavoz del Ministerio de Defensa Moon Sang Gyun. La primera fase del cohete cayó en el mar ante la costa occidental de Corea del Norte a las 9:32 y el cohete desapareció de los radares surcoreanos a las 9:36 sobre el mar. No se registraron daños por el lanzamiento en Corea del Sur.

El Mando Estratégico de Estados Unidos emitió un comunicado indicando que había detectado y seguido un misil lanzado con una trayectoria en dirección Sur, pero que no suponía una amenaza para Estados Unidos ni sus aliados.

La emisora japonesa NHK mostró imágenes de un objeto visible en los cielos de la isla de Okinawa, en el Sur, que se cree corresponden al cohete. El portavoz jefe del gabinete, Yoshihide Suga, dijo a la prensa que no cayeron restos del aparato en territorio japonés.

Las condenas globales dieron inicio casi de inmediato.

La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, describió el lanzamiento como una “provocación intolerable” y dijo que los esfuerzos de su vecino por desarrollar su capacidad de misiles “sólo pretenden mantener el régimen” en Pyongyang. La mandataria criticó al gobierno norcoreano por ignorar las penurias de su población.

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