MANCHESTER, New Hamsphire, E. U., febrero 10 (AP)
Ahora que fue declarado oficialmente vencedor en New Hampshire, Donald Trump enfrenta un nuevo desafío en su campaña ahora que la contienda presidencial ingresa a un territorio más conservador en South Carolina.
El multimillonario debutante en la política logró un contundente triunfo en las primarias de New Hampshire, dejando atrás a un grupo de republicanos que luchan por permanecer dentro de los contendientes luego de rezagarse. Dos de ellos —el gobernador de New Jersey, Chris Christie, que quedó en un desmoralizante sexto puesto, y Carly Fiorina, quien terminó en el séptimo lugar— oficializaron su salida.
Los intranquilos demócratas también tuvieron su episodio de desafío al poder establecido, respaldando al senador de Vermont, Bernie Sanders, y enviando un mensaje de rechazo a la segunda candidatura de Hillary Clinton a la Casa Blanca.
Sin un rival claro a Trump y el senador de Texas, Ted Cruz, entre los republicanos, los candidatos se enfilan el miércoles hacia el sur, con un panorama poco aclarado sobre la contienda electoral, que probablemente se extienda hasta la primavera. Pero Trump no se aventuró a elegir públicamente a alguno de sus oponentes.
“Creo que potencialmente todos son una amenaza”, dijo Trump a la cadena MSNBC. “Pero soy bueno lidiando con las amenazas”.
Con el conteo final aún por concluir, Trump iba al frente con 35 por ciento de los votos en New Hampshire. En una sorpresa de los comicios, el gobernador de Ohio, John Kasich, salió de entre las sombras para ubicarse en el segundo puesto, una hazaña que su campaña, escasa de fondos, difícilmente repetirá en South Carolina y otros estados. Cruz terminó en tercer puesto, seguido del ex gobernador de Florida, Jeb Bush, el senador de Florida, Marco Rubio, y Christie.
Eso fue suficiente para persuadir a Christie, quien apostó gran parte de su campaña a New Hampshire, para irse a casa y meditar sobre su futuro en lugar de enfilarse a South Carolina, tras lo cual hizo su anuncio de retiro.
Del lado demócrata, Sanders superó a Clinton por 22 puntos porcentuales luego de que se computara más del 90 por ciento de los votos del partido. Clinton intentó demostrar que había recibido el mensaje.
“La gente tiene todo el derecho a estar molesta”, dijo tras conceder la derrota ante Sanders. “Pero también está hambrienta. Tienen hambre de soluciones ¿Qué vamos a hacer?”
Desde New Hampshire, los caminos a la nominación de cada partido se bifurcan.
Sanders y Clinton se van a Nevada, donde Sanders intentará demostrar su temple ante un electorado más diverso y urbano, antes de que la contienda demócrata visite South Carolina. Su campaña lanzó anuncios el miércoles en Oklahoma, Minnesota, Colorado y Massachusetts, estados en los que creen que el senador puede crecer. Además han destinado fondos y personal a Nevada. También hizo una breve escala en Nueva York, para hablar sobre temas que afectan a los afroestadounidenses durante un desayuno con el reverendo Al Sharpton.
Sin embargo, Nevada y South Carolina han sido consideradas desde hace tiempo territorio de Clinton, en parte gracias a sus fuertes vínculos con las comunidades hispanas y afroestadounidenses. Su campaña desplegó el miércoles a prominentes seguidores para que cuestionaran los antecedentes de Sanders con respecto a las minorías.
“Hillary Clinton ha sido una verdadera amiga de la comunidad negra durante casi 40 años”, dijo el representante Hakeem Jeffries, de Nueva York. “Durante todo ese tiempo, el senador Sanders ha estado muy ausente de la acción”.
Los republicanos se enfilan directamente a South Carolina, la primera en una serie de contiendas sureñas que podrían definir si Cruz, Rubio o ambos pueden obligar a Trump a librar una larga lucha en las primarias.