Héctor F. Saldivar Garza
En el concierto internacional, México se está distinguiendo por las múltiples dificultades que asolan a su sociedad. Entre ellas es posible considerar la pobreza, el desempleo, el incremento de la delincuencia, la revolucionada economía informal, los salarios ínfimos y la carestía, entre otras; y no se aprecian soluciones inmediatas a esta encrucijada.
Ante la lamentable panorámica gran cantidad de personas están inquietas, y los docentes responsables se preguntan sobre qué estrategias, metodologías o iniciativas emprender para procurar sanear en algo esta situación; ya que sentimos un deber participar en mejorar el entorno social.
Dentro de algunas actividades que es imperativo realizar, está el educar a los niños y jóvenes en torno a alcanzar ciertos productos intelectuales, emocionales y psicomotrices, que les permitan navegar en estas aguas cada vez más turbulentas. Dentro de los primeros podemos mencionar el lograr que se interesen en la búsqueda del saber y desarrollen un profundo sentido crítico; conduciéndolos, de ser posible hasta la creatividad, ya que esto es sumamente valorado en el concierto empresarial. En lo referente a lo emocional, es importante forjarles el carácter para que estén en condiciones de soportar inclemencias emocionales, como la necesidad de permanecer alejados de sus seres queridos por temporadas largas. Tengamos presente que la globalización actual exige que los empleados estén dispuestos a viajar a los lugares que la empresa considere necesarios, y aquellos que establecen sus propios negocios, igualmente pensarán en establecer negocios donde resulte más productivo. Finalmente, en el aspecto psicomotriz es trascendental que las nuevas generaciones dominen ampliamente las nuevas tecnologías, en virtud de ser un requerimiento en muy diversas instituciones, y cada vez a niveles de dominio más elevados.
Sin embargo, no obstante los maestros podamos alcanzar esos logros, no es factible impactar en cambios fundamentales en las problemáticas citadas, porque esto es un asunto más relacionado con los gobiernos, quienes tienen la gran responsabilidad de velar por que la comunidad se encuentre a buen resguardo y en las mejores condiciones posibles de vida.
Pero a decir verdad, esperar que los regímenes gubernamentales se interesen enfáticamente en el pueblo para tratar de corregir las anomalías, no es factible; ya que para los políticos resulta más sencillo y cómodo aliarse con el poder proveniente de los grupos privilegiados tanto mexicanos como extranjeros, renunciando incluso a su nacionalismo y aceptando se mantengan las problemáticas, que pugnar por transformaciones que pudiesen incidir en una autonomía de la nación pero exponiéndose a perder sus canonjías y buen futuro político.
Los ejemplos son evidentes, mostrándonos la historia un conjunto amplio de naciones que han optado por mantener sus crisis continuando las mismas familias gobernantes, entre ellas mencionamos a prácticamente todos los países americanos.
México forma parte de este grupo que se han adherido al gran capital manteniendo sus dificultades, ya que no obstante haber experimentado una supuesta transición cuando en el año 2000 perdió el Partido Revolucionario Institucional (PRI) la Presidencia de la República y la ganó el Partido Acción Nacional (PAN), los cambios estructurales a favor de la sociedad no se presentaron, y si por lo contrario la situación complicada se mantuvo prácticamente en los mismos niveles. En esta ocasión, como la respuesta fue aceptada por los grupos hegemónicos, todo continuó sin modificación significativa.
En contra parte, aquellos países que han intentado mejorar su ambiente político económico buscando distanciarse del capitalismo norteamericano para lograrlo, pronto ven alterada su vida institucional por diferentes medios. Como casos destacados citamos el de Cuba, nación que al realizar un proceso revolucionario que concluyó en 1959 con la caída del régimen de Fulgencio Batista y la incorporación de Fidel Castro al poder, en vez de continuar con las mismas relaciones con Estados Unidos, país que establecía un dominio muy claro sobre la isla, optaron por iniciar un sistema socialista, el cual se oponía tajantemente a su pasado capitalista pro norteamericano.
La respuesta a esta osadía fue un bloqueo comercial prácticamente unánime de los países que mantenían relaciones con los Estados Unidos, buscando la derrota del nuevo régimen. Esta acción generó una escasez extraordinaria de diversos productos en la isla, que propiciaron un reclamo popular que fue incrementándose a través del tiempo, pero por el gran control político ejercido sobre su sociedad, se mantuvo el gobierno firme pero viviendo con grandes precariedades, las cuales aún se observan.
Otro ejemplo lo tenemos con Venezuela, quien tratando de establecer su propio camino buscó independizarse en sus relaciones, teniendo a cambio como consecuencia de su rebeldía, una gran presión internacional a través de los organismos internacionales y de los países más dependientes de la política norteamericana; lo que lo ha disminuido considerablemente. Esto, unido a ciertas políticas económicas erróneas sustentadas únicamente en el petróleo, las cuales ha estado manejando aproximadamente en los últimos quince años, lo tienen al borde del colapso; lo cual probablemente se traducirá en una gran revuelta popular incluso con intervención extranjera más directa, para lograr la caída del régimen de Nicolás Maduro y el arribo de la derecha capitalista.
Un caso más lo tenemos en Brasil, quien también buscando un mundo propio se unió al bloque de países denominado Brics, que comprende a China, Rusia, la India y Sudáfrica, con las consecuencias nefastas que está experimentando la actual presidenta Dilma Rousseff que la ha colocado en una posición sumamente negativa.
Como es posible apreciar, el futuro por más que lo anhelemos ver claro, la realidad del entorno nos mueve a solamente contemplar obscuridad. En la misión que cotidianamente realizamos en la docencia los profesores comprometidos, los resultados son cada vez más magros, por el enorme poder de las fuerzas opositoras. Sin embargo, esto no obsta para que continuemos trabajando con marcado ánimo por avanzar, impregnando a las nuevas generaciones de lo requerido para desarrollar. Este es nuestro compromiso y no cejaremos en el intento.