diciembre 14, 2024
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febrero 23, 2016 | 184 vistas

BAGDAD, Irak, febrero 22 (AP)

Las bombas colocadas por el grupo Estado Islámico en Ramadi están complicando el regreso de las familias desplazadas, indicó este lunes la misión de Naciones Unidas en Irak a dos meses de que fuerzas iraquíes asistidas por combatientes suníes y ataques aéreos de la coalición de Estados Unidos recuperaron la ciudad de manos de los extremistas.

Las bombas que quedaban por explotar han matado a ocho personas en las últimas dos semanas, indicó la agente de desarrollo de la ONU Lise Grande. Las víctimas murieron cuando comprobaban el estado de sus casas o intentaban desactivar dispositivos en la ciudad.

Grande pidió precaución y dijo que “asegurarse” de que las familias de Ramadi pueden regresar con seguridad es “responsabilidad de todos”. Agregó que “las personas que han sido desplazadas quieren regresar a casa tan rápido como sea posible”.

Ramadi, capital de la provincia del mismo nombre, cayó en mayo ante el grupo Estado Islámico en un gran revés para las tropas aliadas de Irak y Estados Unidos. Fue liberada en diciembre.

En lo álgido de su avance, los extremistas lograron capturar más de una tercera parte del territorio iraquí antes de que Estados Unidos comenzara a encabezar una campaña de bombarderos en agosto de 2014.

Las bombas sin detonar y el daño a la infraestructura siguen siendo un desafío clave para que regresen la normalidad a zonas arrebatadas al Estado Islámico.

El mes pasado, el gobernador de la provincia de Anbar, Suhaib al-Rawi, dijo a los reporteros que los esfuerzos por limpiar los explosivos en Ramadi se retrasaron por la falta de financiamiento. La crisis económica de Irak ha dejado endeudada a la provincia y totalmente dependiente de las donaciones extranjeras para reconstruirse. Una evaluación inicial de la destrucción en Ramadi, realizada por la ONU en enero, arrojó que más de cuatro mil 500 construcciones quedaron dañadas o destruidas por la batalla para recuperar la ciudad.

En Irak, más de tres millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares desde enero de 2014, de acuerdo con la ONU, la cual calcula que otras tres millones de personas viven en zonas bajo control del grupo extremista en Irak.

En contraste, unos 500 mil civiles han regresado a sus hogares después de las campañas militares en áreas que han sido recuperadas por el gobierno iraquí.

 

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