ATENAS, Gracia, marzo 3 (AP)
Turquía está bajo creciente presión para que considere una deportación de migrantes a gran escala desde Grecia, dijo este jueves un funcionario de alto rango de la Unión Europea, mientras se realizan preparativos para una cumbre de líderes del bloque europeo y turcos para la próxima semana.
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, realizó una gira por seis naciones que atraviesan una crisis por migrantes que concluyó en Turquía, desde donde 850 mil migrantes y refugiados salieron el año pasado hacia islas griegas.
“Concordamos en que el flujo de refugiados sigue siendo demasiado alto”, dijo Tusk después de reunirse con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu.
“Para muchos en Europa, el método más prometedor parece ser un rápido mecanismo a gran escala para embarcar migrantes irregulares que han llegado a Grecia. Rompería de manera efectiva el modelo de negocio de los contrabandistas”, agregó.
Tusk fue cuidadoso en señalar que el objetivo de las deportaciones serían los migrantes económicos no autorizados, no los solicitantes de asilo. Pero no fue claro sobre quien realizaría de hecho las expulsiones: Grecia misma, la agencia fronteriza Frontex de la Unión Europea o incluso otras organizaciones, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Funcionarios griegos dijeron el jueves que aproximadamente 32 mil migrantes estaban varados en el país después de una decisión de Austria y cuatro naciones ex yugoslavas de reducir drásticamente la cifra de migrantes en tránsito.
“Consideramos cerrar la frontera (macedonia) (…) Permitir el tránsito de 80 al día no es significante”, dijo el ministro de Migración Ioannis Mouzals.
Señaló que el ejército ha construido diez mil espacios adicionales en albergues temporales desde el cierre de la frontera, y que se está trabajando en establecer 15 mil más.
Pero un funcionario de migración de alto rango de la Organización de las Naciones Unidas advirtió que el número de personas varadas en Grecia podría duplicarse rápidamente.
Peter Sutherland dijo que “la inevitable consecuencia” del cierre de fronteras a través de los Balcanes “es que Grecia se convierte crecientemente en un campo para refugiados y migrantes”.
Aproximadamente una tercera parte de los migrantes varados en Grecia están en la villa de Idomeni, en la frontera con Macedonia. Los residentes del extenso campamento ahí albergan la esperanza de cruzar en condiciones cada vez más difíciles.
La policía griega dijo que este jueves se permitió cruzar la frontera a 130 personas.
Migrantes dijeron que Macedonia no aceptaba sellos generados por computadora emitidos por la policía griega, y por lo tanto no podía probar que sus documentos de identidad eran genuinos.
Adnan Abdallah, de Siria, había esperado tres días para cruzar de Grecia a Macedonia, pero cuando finalmente se le permitió pasar, fue devuelto porque el sello en su documento de refugiado es generado por computadora.