GINEBRA, Suiza, marzo 9 (AP)
Los métodos tradicionales de rocío de insecticida no han tenido un impacto significativo para reducir el dengue, dijo el miércoles la Organización Mundial de la Salud, lo que causa la interrogante de cómo las autoridades pueden detener la propagación del virus del zika, también propagado por mosquitos.
Durante el cierre de una reunión de investigación y desarrollo del zika el miércoles, Marie-Paule Kieny, funcionaria de la OMS, dijo que “falta evidencia” de que la forma clásica de combatir el dengue tenga algún impacto sustancial en la reducción de casos. Agregó que lo mismo podría aplicar para el zika.
“Todo lo que se hizo en el país para controlar (los mosquitos) aparentemente no funcionó”, dijo Jorge Kalil, director del Instituto Butantan en Sao Paolo, quien asistió a la reunión. “Ahora el problema es que es muy difícil combatirlo, hay miles de millones de insectos”.
Kalil dijo que los funcionarios brasileños podrían intentar hacer un llamado más específico a pueblos e individuos. También se mostró optimista de que las poblaciones de mosquitos disminuyan en la temporada invernal.
Kieny indicó que el rocío de insecticida y otras técnicas de control de mosquitos —algunas que se han utilizado durante décadas— “no han podido interrumpir la transmisión del dengue”, y se desconoce si dichos métodos funcionarían con el zika.
“Sin duda vale la pena continuar con el uso de este método ante la falta de otras intervenciones, pero lo que dijeron los científicos es que hay una necesidad urgente de también comenzar estudios para evaluar si tiene o no beneficios”, agregó.
Durante décadas, las autoridades han intentado combatir mosquitos con técnicas como desplegar rociadores de insecticidas en vestimentas coloridas en zonas rurales o enviar a consejeros a que ayuden a la población a identificar y aniquilar áreas de reproducción en los hogares.
Kieny también señaló otra posible complicación: que otras especies de mosquitos más allá del Aedes Aegypti podrían propagar el zika. Dijo que aunque los científicos han observado que otra especie de mosquito puede portar el virus, no es claro si realmente infecta a la gente.
Agregó que expertos en la reunión discutieron si métodos innovadores, como utilizar mosquitos genéticamente modificados, podrían ser necesarios para aniquilar el brote, pero señaló que un “rigor extremo” debe aplicarse para evaluar dichas herramientas.
El mes pasado, la OMS declaró que la propagación explosiva del zika en América era una emergencia global, debido a su relación con el número de bebés nacidos con una cabeza normalmente pequeña y el aumento de un inusual síndrome neurológico que puede causar parálisis y muerte. La mayoría de la gente que se contagia de zika sólo tiene síntomas leves como fiebre, salpullido en la piel y dolor muscular. Actualmente no hay vacuna o tratamiento reconocido.
Hasta ahora, ha habido brotes de zika en 41 países, aunque casos confirmados que relacionan al zika con bebés con males congénitos sólo se han visto en Brasil y la Polinesia Francesa. Nueve países han reportado un aumento en casos del síndrome de Guillain-Barre, una enfermedad neurológica que suele atacar a personas después de padecer infecciones.
Kieny dijo que el desarrollo de la vacuna aún está en sus primeras fases y que aunque las candidatas más avanzadas están a meses de distancia de pruebas preliminares, la vacuna del zika es “tecnológicamente viable” en base al desarrollo de otras vacunas de enfermedades similares como el dengue y la encefalitis japonesas.
Agregó que el trabajo lo elaboran más de 30 compañías para obtener un mejor diagnóstico de la prueba del zika, ya que las pruebas actuales con frecuencia mezclan infecciones de dengue y zika.