Pablo Hernández Contreras
CIUDAD MANTE, Tam.- La gran cantidad de situaciones de riesgo en los que caen los jóvenes a consecuencia del consumo de enervantes a edades tempranas puso en alerta a las autoridades educativas, sobre todo del nivel básico, para evitar que en determinado momento no se propague la farmacodependencia.
Así lo reconoció el profesor Carlos Balboa Anaya, supervisor de la zona escolar nueve de Secundarias Generales al reconocer que se presentan entre cuatro y cinco casos al año en las tres secundarias que hay en el Mante y que ellos deben endurecer el control de acceso en cada uno para evitar que estos riesgos se presente.
“Este tema lo manejamos en total discreción, el primera y la más importante es que tengamos algún señalamiento en algún alumno, por el contrario, evitamos que sea exhibido pero si tenemos el control de lo que sucede en su actuar, es decir, que los enviamos a centros de apoyo para que les ayuden con la adicción, ya que enviarlos a las calles es peor”, argumentó.
Indicó que en algunas escuelas incluso se permite y hasta se aplica con regularidad la Operación Mochila, que sirve para evitar no solo el ingreso de sustancias nocivas a la salud de los jóvenes, sino también que se propaguen estas acciones que van en detrimento y peligro de los alumnos que en ocasiones no saben y no tiene contacto en absoluto con estas sustancias.
