La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), a través del Instituto de Ecología Aplicada (IEA), realiza el proyecto “Estudio de la dinámica de la cobertura boscosa en Tamaulipas y su importancia como sumideros de carbono”, con el propósito de frenar la contaminación en la atmósfera y reducir los gases de efecto invernadero causados por el cambio climático.
Al respecto, la doctora en Geografía por la Universidad de Sevilla, España y profesora investigadora del IEA de la UAT, Glenda Nelly Requena Lara, dijo que a través de imágenes de satélite es posible saber el nivel de deforestación de bosques en la entidad, ecosistemas importantes en la retención del carbono que se genera en la atmósfera.
“La idea es saber qué tan capaz es nuestro territorio para disminuir los gases de efecto invernadero, que son los que están generando el cambio climático, entonces sí tenemos los sumideros de carbono, que son sistemas que retienen carbono por años, entonces podemos colaborar a disminuir el efecto invernadero”, indicó.
Refirió que el estudio que culmina en diciembre próximo permitirá con sus resultados generar propuestas de políticas públicas que permitan valorar más este tipo de ecosistemas.
“De ahí se desprenderán medidas de conservación y reforestación, porque no retirar la contaminación de la atmósfera tiene un valor socioeconómico. Las altas temperaturas generan costos sociales, igual que las enfermedades impactan en los recursos de la población, y hasta esos niveles estamos llegando con este tema”, apuntó.
Al explicar los trabajos, describió que usan imágenes de satélite de resolución media para trabajar sobre la cobertura del terreno, “tenemos por un lado los mapas de vegetación y estudios de suelo de Inegi, pero para observar el cambio entre cómo estaba la vegetación en un año base, contra cómo está actualmente, se utilizan las imágenes de resolución moderada”.
“Primero seleccionamos sitios de acceso fácil para buscar la cobertura boscosa, nos basamos en un proyecto que se hizo en 2013 y que está disponible en Internet, donde a través de imágenes de mayor resolución obtuvieron los polígonos de cambio en año base del 2000 a 2012, o sea, donde se había perdido la cobertura boscosa en el mundo”.
“Lo que hicimos fue sobreponerlo al año base de Inegi contra el cambio para 2013, y se pretende actualizar esos cambios de cómo van sucediendo en el tiempo”, subrayó, tras mencionar que una de las partes de la clasificación de las imágenes para obtener el tipo de vegetación se hizo en el Tecnológico de Monterrey para obtener diez imágenes desde el año 2006 hasta el 2015, que luego se clasificaron para hacer la firma espectral.
Añadió que a través de tecnología especializada se determinó el tamaño de la degradación boscosa y se obtuvieron los resultados: “ahora solo queda obtener la información acerca de los factores de captación de carbono, porque el proyecto va a estimar cómo están los sumideros de carbono en el estado y la cobertura boscosa”.
Puntualizó que debido al cambio climático, en los últimos años han estado variando las temperaturas y los regímenes de precipitación.
“Eso significa que ahora hace más calor en los veranos, hay más inundaciones y este mismo calor está derritiendo los hielos de los polos y entonces aumenta el nivel del mar y así sigue la cadena de afectaciones”.
“Solo en Tamaulipas, alrededor de 60 mil hectáreas de bosques que se han perdido, entre ellos de matorral espinoso tamaulipeco con 25 mil hectáreas, son las pérdidas del 2000 al 2012”, concluyó.