PYONGYANG, Corea del Norte, marzo 16 (AP)
El máximo tribunal de Corea del Norte sentenció el miércoles a un turista estadounidense a 15 años de prisión con trabajos forzados por subversión, semanas después de que las autoridades lo presentaran ante la prensa y él, con ojos llorosos, confesó que intentó robar un cartel.
Otto Warmbier, estudiante de 21 años de la Universidad de Virginia, fue condenado y sentenciado en un juicio de una hora en la Corte Suprema de Corea del Norte.
El estadounidense estaba acusado de subversión según el artículo 60 del código penal norcoreano. El tribunal determinó que había cometido un delito “acorde a la política hostil del gobierno estadounidense hacia (Corea del Norte), en un intento de socavar la unidad de su pueblo tras entrar como turista”.
Corea del Norte suele acusar a Washington y Seúl de enviar espías para derrocar a su gobierno para permitir que el gobierno surcoreano, respaldado por Estados Unidos, tome el control de la península de Corea.
Las tensiones son especialmente altas después de la reciente prueba nuclear y del lanzamiento de un cohete en Corea del Norte, así como por las maniobras militares conjuntas de Washington y Seúl que Pyongyang considera como un ensayo de invasión.
Antes del juicio, el joven de Wyoming, Ohio, dijo que había intentado robar un afiche como un trofeo para la madre de un amigo que quería colgarlo en su iglesia. Eso es suficiente para que el Norte lo acuse de subversión.
Para complicar aún más las cosas, Washington y Pyongyang no tienen relaciones diplomáticas. La embajada sueca en Pyongyang actúa como intermediario en temas consulares cuando ciudadanos estadounidenses entran en conflicto con las autoridades norcoreanas.
Pyongyang anunció la detención de Warmbier a finales de enero, indicando que había cometido un delito contra el estado con “la connivencia tácita del gobierno estadounidense y bajo su manipulación”. Sigue sin estar claro en qué consistiría esa supuesta conexión de Washington con las acciones del detenido.
En el pasado, Corea del Norte se ha mantenido firme hasta que altos funcionarios o secretarios de estado estadounidenses van personalmente a pagar la fianza de los detenidos, incluso el ex presidente Bill Clinton, cuya visita en el 2009 aseguró la libertad de las periodistas estadounidenses Euna Lee y Laura Ling.