noviembre 30, 2024
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Lula da Silva, designado jefe de gabinete brasileño

marzo 17, 2016 | 130 vistas

RÍO DE JANEIRO, Brasil, marzo 16 (AP)

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, designó este miércoles a su predecesor y mentor, Luiz Inácio Lula da Silva, como su jefe de gabinete, una medida que sus partidarios dicen que va a ayudar a la mandataria a luchar contra un juicio político en el Congreso, y que sus detractores ven como un intento por evitar que Lula da Silva sea arrestado en conexión con recientes escándalos de corrupción en Brasil.

Rousseff elogió el nombramiento y puso fin a intensos días de especulación y a largas reuniones entre los dos líderes, cuando dijo que estaba “muy contenta con el arribo” de Lula da Silva.

“Al unirse a mi gobierno, fortalece mi gobierno”, dijo en una rueda de prensa en la capital del país, Brasilia, y luego agregó: “muchas personas no quieren que el gobierno se fortalezca. Pero él va a estar cerca y va a venir a ayudar”.

Los rumores de un posible nombramiento del ex mandatario se conocieron luego de que la semana pasada Lula da Silva fuera conducido a una comisaría de policía para que respondiera a una serie de preguntas relacionadas con la investigación de corrupción que se centra en la petrolera estatal Petrobras.

Como Lula da Silva va a ejercer un cargo oficial, le sería más difícil a la fiscalía continuar con la investigación en su contra, pues según las leyes de Brasil, la Corte Suprema tiene que autorizar las investigaciones, la cárcel y los juicios que se sigan a los ministros o legisladores federales.

La propia Rousseff ocupó el cargo de jefe de gabinete de Lula da Silva de 2005 a 2010 y su desempeño y trayectoria en el cargo le dieron la suficiente proyección para suceder al ex presidente en el poder.

Considerado un operador político consumado, Lula da Silva es visto como la mejor esperanza que tiene Rousseff para recabar apoyo para su gobierno y para su agenda de trabajo pues la podría ayudar a sellar alianzas con partidos de centro y derecha del Congreso brasileño así como el asegurarse el apoyo de movimientos sociales.

El ex mandatario también es visto como una figura crucial para bloquear un juicio político en contra de Rousseff, acusada de malos manejos de fondos fiscales.

Rousseff negó con vehemencia que Lula da Silva hubiera aceptado la designación para entorpecer las investigaciones que se siguen en su contra e hizo hincapié en que los ministros del gabinete están sometidos a la justicia y no tienen inmunidad.

“Esto no quiere decir que no va a ser investigado”, dijo Rousseff. “Es una cuestión de quién lo investigara”.

Rui Falcao, el jefe del Partido de los Trabajadores del que hacen parte Silva y Rousseff, dijo en Twitter que el ex mandatario será juramentado el martes en su cargo.

La oposición reaccionó con vehemencia al esperado anuncio del miércoles. Otro ex presidente, Fernando Henrique Cardoso, criticó el nombramiento del que fuera su sucesor al decir que era “un error”, según un informe publicado en el diario Folha de S. Paulo.

Analistas, por su parte, han dicho que el nombramiento de Silva debilitará a Rousseff.

“Dilma estaría dándole la presidencia a Lula”, dijo Thiago de Aragón de la consultora política Arko Advice con sede en Brasilia. “Él se convertirá en el nuevo presidente”.

Arango cree que Lula da Silva se haría cargo de decisiones clave en temas políticos y económicos y dijo que esa designación pone de relieve el “alto nivel de preocupación con un posible encarcelamiento (de Silva) y con que el gobierno de Dilma termine si se abre un juicio político en su contra”.

Un análisis publicado en el diario Folha de S. Paulo dijo que el nombramiento de Lula da Silva marcaría efectivamente el final de la presidencia de Rousseff.

“En ese momento, en la práctica, el tercer mandato de Lula en la presidencia comenzará”, dijo.

Lula da Silva era muy popular cuando dejó el cargo en 2010, pero su apoyo ha deslizado junto con la economía de Brasil y como el caso de corrupción Petrobras ha implicado a numerosos miembros de su Partido de los Trabajadores.

Hasta hace poco tanto Rousseff como Lula parecían estar exentos de la investigación de Petrobras pero el martes la Corte Suprema aceptó una declaración del ex dirigente del partido en el Senado, Delcidio do Amaral, que dijo que Rousseff estaba al tanto de las irregularidades en la estatal petrolera, que ella presidía antes de convertirse en presidente.

La moneda de Brasil y la bolsa cayeron al inicio de la jornada con la noticia del nombramiento, pero mostraron una recuperación más tarde en el día. Lula Silva no ha ocultado su deseo de echar mano de las reservas internacionales para impulsar el crecimiento económico, una medida que ha sido muy criticada por analistas del mercado.

Rousseff rechazó la idea de utilizar las reservas y dijo que los dos mandatos de Lula da Silva en la presidencia habían demostrado su compromiso con la estabilidad fiscal.

Silva, un ex obrero metalúrgico que entró en la política como líder sindical, presidió un gobierno marcado por un galopante crecimiento económico y la aplicación de una serie de políticas sociales que ayudaron a que decenas de millones de brasileños salieran de la pobreza. Pese a que un escándalo de compra de votos cobró la cabeza de uno de sus jefes de gabinete, Lula da Silva salió de la presidencia en 2010 con una alta popularidad.

Rousseff no había sido tocada por la crisis, pero la Corte Suprema aceptó el martes un acuerdo entre un fiscal y el ex líder del partido en el Senado, Delcidio do Amaral, que dice que Rousseff sabía de las irregularidades ocurridas en Petrobras.

El escándalo también ha tocado a figuras de la oposición, entre ellas el presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, que ha estado tramando un juicio político contra Rousseff en un caso distinto que involucra mal manejo de fondos fiscales.

El martes la Corte Suprema determinó que la esposa y la hija de Cunha pueden ser enjuiciadas por el juez que maneja la investigación de Petrobras. Los investigadores aseveran que las dos se beneficiaron de fondos ilegales extraídos mediante contratos suscritos con la estatal petrolera.

Amaral fue detenido a finales del año pasado por denuncias de obstrucción de la investigación de Petrobras y por la difusión el martes de su testimonio, un documento con cientos de páginas, que estremeció al mundo político brasileño.

En el documento, Amaral denuncia que Rousseff estaba al tanto de un plan para adquirir una refinería en Estados Unidos a un precio desproporcionado. Agregó que Lula da Silva le ordenó hacer pagos a otro político involucrado en el caso Petrobras, a fin de proteger a un amigo del ex mandatario.

Tanto Rousseff como Silva han negado repetidamente las acusaciones y la mayoría de los señalados en el documento han criticado las denuncias.

En una entrevista publicada el miércoles por el diario O Estado de S. Paulo, Amaral insistió en que su agenda y los registros de viajes confirmarán la veracidad de sus denuncias.

Unas tres millones de personas salieron a las calles a protestar el domingo. Según los diarios locales, fueron las protestas más grandes en la historia de Brasil.

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