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marzo 26, 2016 | 135 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, marzo 25 (Agencias).- Hace diez años, el 25 de marzo de 2006, el mundo de la música se vistió de luto cuando Rocío Dúrcal, La española más mexicana, murió a causa de cáncer de útero y pulmón, a los 61 años de edad.

Cantante y actriz, nominada varias veces al Grammy Latino y poseedora del Grammy a la Excelencia, vendió más de 50 millones de discos en el mundo y es recordada por su melodiosa voz en éxitos como Perdóname, Olvídalo, Te quiero mucho, mucho, Amor eterno y La gata bajo la lluvia.

Y para seguirla recordando, TVE (Televisión Española) le rendirá un sentido homenaje con la transmisión de películas y entrevistas suyas y cerrarán con una charla con su familia.

A lo largo de 52 años de carrera artística, María de los Ángeles Heras Ortiz (su nombre real) creció, luchó y convivió con el público de España y Latinoamérica y entregó lo mejor que tenía, su talento, carisma y sobre todo, su voz.

Su nombre artístico fue producto de casualidades. De entrada el apellido lo obtuvo cuando en un mapa de España, al azar, señaló un lugar, quedando en la población de Dúrcal en la provincia de Granada.

El nombre se lo debe a su abuelo paterno, quien la llamaba Rocío porque le recordaba el rocío de la mañana, con tan buena suerte que esta combinación la llevó a la fama a tal grado que el once de noviembre fue nombrado como El día internacional de Rocío Dúrcal.

Desde 1954, cuando tenía diez años y participaba en diversos festivales, adoptó nombres como Rocío Fiestas  y Rocío Benameji y fue hasta que cumplió 15 años que la descubrió oficialmente Luis Sanz.

Su debut en cine se dio en 1961 con la cinta Canción de juventud, a esta le siguieron otras tantas como Rocío de la Mancha, Tengo 17 años, Más bonita que ninguna, Acompáñame, con el galán de moda mexicano, Enrique Guzmán, Las Leandras, Buenos días, Amor en el aire y La novicia rebelde, cada una de las cuales llegó acompañada del disco que contaba con gran aceptación del público juvenil de ese tiempo.

En 1965 conoció a Antonio Morales Junior, integrante del grupo Los brincos, con quien comenzó una amistad que años después terminó en matrimonio.

A principio de los 70 se convirtió en madre y rechazó contratos por cuidar a su hija Carmen María Guadalupe.

En 1972 retomó su carrera ahora cantando al lado de su marido. En ese período se convirtió en mamá de Antonio Fernando, en 1974, y, en 1979, de Shaila de los Ángeles.

En ese entonces se alejó de la industria discográfica e incursionó en puestas en escena como La muchacha sin retorno y Contacto peculiar. Después de esto, su carrera se inclinó principalmente por la música, dejando de lado la actuación.

VUELVE A LAS ANDADAS

El año 1977 fue clave en su carrera, pues recibió el apoyo de su amigo incondicional Camilo Sesto y conoció a Juan Gabriel, con quien decide arriesgarse e incursionar en el género ranchero, así surge el disco Rocío Dúrcal canta a Juan Gabriel, mancuerna que rindió fruto y éxitos, extendiéndose a una decena de álbumes juntos.

El sexto, Rocío canta a Juan Gabriel volumen 6 (1984), es uno de los que más se ha vendido en México por temas como Déjame vivir, La canalla,  Te dedico esta canción, Costumbres y Amor eterno, que le valió su primera nominación al Grammy.

La mancuerna con Juan Gabriel se disolvió por problemas que tuvieron, por lo que Dúrcal comenzó a grabar temas de otros autores como Marco Antonio Solís, Rafael Pérez Botija y Joan Sebastian, con quien volvió a cantar ranchero.

En 1995 trabajó con el argentino Roberto Livi e hizo Hay amores y amores, con el que nuevamente es nominada al Grammy en la categoría de Mejor Álbum Pop Latino.

Seis años después, grabó el tema Dama, dama para el álbum Mujer, con el que se recaudarían fondos para el cáncer de mama, sin embargo, por ironías de la vida, la cantante fue intervenida quirúrgicamente al descubrirle cáncer de útero.

Año y medio después, reapareció en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México y grabó en vivo el disco En concierto…Inolvidable (2003) que fue nominado una vez más al Grammy Latino.

Consiguió otras dos nominaciones con los títulos Caramelito (2004) y Alma ranchera (2005), pero tampoco ganó. Para entonces la española bromeaba diciendo que le darían el premio “aunque fuese por
aburrimiento”.

Fue hasta 2005, un año antes de su muerte, que se le otorgó el Grammy a la Excelencia como reconocimiento a su carrera artística.

La muerte le llegó en su casa de Torrelodones -a 25 kiómetros de Madrid- rodeada de su familia. Su cuerpo fue trasladado al cementerio de La Paz, donde el Mariachi Real de Jalisco la despidió con el tema Las golondrinas.

Fue incinerada y las instrucciones fueron precisas, una parte de sus cenizas se quedarían en Torrelodones y la otra en la Basílica de Guadalupe, en su México querido.

En 2009, Sony-BMG realizó el álbum Duetos, como homenaje a Dúrcal, usando su voz y mezclándola con otros artistas. Uno de los temas que llamó la atención fue Sombras, al lado del mexicano Javier Solís.

 

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