CIUDAD DE MÉXICO, marzo 29 (Agencias)
Por más que la fanaticada insista en defender ciegamente a “Batman v Superman: El origen de la justicia” -ofendiendo de paso a toda persona con opinión en contrario-, la película cuenta con un 29 por ciento de aprobación mundial, de acuerdo al portal Rotten Tomatoes, encargado de agrupar las críticas especializadas de todo el globo.
Evidentemente en gustos se rompen géneros, pero cuando una película tiene tantas opiniones negativas es claro que algo está mal con ella.
No es la falta de humor (en la redacción de hecho no somos afines al tono infantil y ligero del Universo Cinematográfico Marvel), el ritmo pausado ni el ángulo sórdido y violento. Es la falta de cohesión en su estructura.
En adición a nuestra crítica y asumiendo que un amplio margen de personas ya vio la película, arrojamos ahora puntos concretos y llenos de spoilers en torno a por qué Batman vs Superman es desde su arranque un desastre indefendible.
- UNA POBRE EDICIÓN. La cinta es un compendio de todo aquello que debe evitarse durante este complejo proceso, pues no se preocupa por brindar naturalidad y fluidez a su narrativa y termina pareciendo un collage de escenas pegadas aleatoriamente. No es cine de David Lynch como para que se tome esas libertades.
- CGI DE BAJA CALIDAD. La premura con que el estudio lanzó la cinta se nota inclusive en el apartado visual.
Desde las hojas que caen frente a los logos de Warner Bros., RatPac Entertainment y DC Cómics, hasta en el mismo Doomsday, es evidente que los efectos por computadora no están pulidos y hay momentos que parecieran salidos de una cinta animada.
- CONFIARLE EL GUIÓN A DAVID S. GOYER. El estudio asume que este individuo, por haber trabajado en la trilogía Batman: El caballero de la noche, tiene las credenciales suficientes para crear buenas historias dentro del Universo Extendido DC.
Pero Warner no observa que las películas en las que Goyer trabaja son buenas en atención a la pericia de otros talentos que llevan a buen puerto sus ideas.
Por ejemplo Blade II, excelente cinta, cuenta con un argumento cuestionable, pero es la dirección de Guillermo del Toro la que sobresale por ingeniosa y capaz, mientras que la trilogía Batman es resultado de guiones escritos por los hermanos Christopher y Jonathan Nolan (en ella las aportaciones de Goyer son solo a nivel premisa general).
- NULO DESARROLLO DE PERSONAJES. Es consecuencia directa de la urgencia de Warner por ponerse al corriente en la construcción de un universo fílmico.
Los personajes no tienen motivaciones reales, en especial Lex Luthor, y el papel de Wonder Woman queda reducido a fan service injustificado. Es un aspecto que inclusive impacta a Batman, una de las figuras centrales, pues nunca es explicado si se retiró y regresó a las andadas por culpa de Superman, sumado a que para ser un vigilante que durante dos décadas ha combatido con lujo de teatralidad al crimen, ni prensa ni policía parecen saber de él.
- PECAR DE ABSURDA E ILÓGICA. ¿Qué hace la máquina de terraformación en el Océano Índico después de 18 meses? ¿No sería prioridad mundial retirarla inmediatamente por temor a la filtración de un agente extraterrestre en el agua? ¿Tiene coherencia incriminar a Superman en una balacera? ¿Por qué Batman destruye el camión que transporta la kryptonita si ya le había colocado un rastreador? En esa misma escena, ¿por qué Superman detiene a Batman y deja escapar a los criminales? ¿No pudo tomarse el tiempo para averiguar qué sucedía? Vaya, había balazos, explosiones y vehículos sospechosos por doquier. ¿Acaso es imbécil?
¿Cuál es el objeto de que Lex Luthor busque permiso gubernamental para introducir kryptonita a Metrópolis si ya la transportaba clandestinamente? Si en México es Día de Muertos, ¿por qué no hay señales de que en Estados Unidos acaba de ser Halloween? ¿Luthor se tomó el tiempo para crearle logos vistosos a los metahumanos? ¿De verdad la película nos presentó a la futura Liga de la Justicia mediante un condenado archivo decodificado? ¿No es eso una holgazanería descarada? ¿Para llegar a una era de paz hace falta que las mamás de los líderes mundiales se llamen Martha?
- REVELAR TODO EN EL TRÁILER. Hay avances indiscretos, pero los de Batman vs Superman, especialmente aquel que mostró a Doomsday, contaron la trama en su totalidad. ¿Acaso se trata de ya no dejarle ni una sorpresa a la audiencia?
- SER UNA COLECCIÓN DELIBERADA DE ARCOS VISTOS EN CÓMICS Y VIDEOJUEGOS. La película es un colosal fan service que mezcla, principalmente, elementos de La muerte de Superman, Crisis en Tierra infinitas, Injustice: Gods Among Us y The Dark Knight Returns. ¿Le sirve para crear una trama coherente? No.
Desafortunadamente la fanaticada cree que se trata de un factor de peso para hacer de Batman vs Superman una buena película, cuando en realidad llegar a una determinación de tal naturaleza requiere la valoración de elementos que atañen exclusivamente a la disciplina cinematográfica. Se trata de analizar un filme en sí mismo, no la fidelidad que guarda con las viñetas.
- NO RESPETAR EL TONO PLANTEADO POR SU ANTECESORA. Aun con lo divisiva que resultó, El hombre de acero es una cinta congruente que permanece instalada en un realismo sci-fi. Batman vs Superman de inmediato se deshace de ese enfoque y se muestra permisiva hacia elementos fantasiosos que le permiten llegar, sin justificación real mediante y con lujo de diálogos irrisorios, a la Liga de la Justicia.
- NO EXPLORAR LOS ARCOS DE SUPERMAN. La película luce momentos brillantes pero tristemente desaprovechados, como el montaje de entrevistas en el que aparece Neil deGrasse Tyson o el bombazo en el Capitolio, señales de que debajo de tanto desastre yacen elementos afines al discurso de El hombre de acero.
Pero ahí no se queda el asunto, pues es obvio que Batman vs Superman aprendió las lecciones incorrectas de su antecesora y terminó por…
- PARODIAR INVOLUNTARIAMENTE LOS TEMAS DE EL HOMBRE DE ACERO. La película de 2013 hasta la fecha es atacada por su tono serio y el retrato de Superman como un ser todopoderoso y destructivo. Warner seguramente estuvo al tanto de la opinión crítica y pública y decidió que esos puntos fueran abordados en la secuela.
El problema es que Batman vs Superman hace de ellos el fundamento de su minúsculo discurso y termina por entregar diálogos forzados en torno a los dioses y el hombre (recetados hasta el cansancio por Lex Luthor), y líneas reiteradas y convenientes sobre zonas desocupadas para que tengan lugar los fregadazos de la película. Es decir, mientras El hombre de acero se inclina por lecturas entre líneas acerca de la divinidad alienígena y la destrucción, su secuela prefiere explicaciones con manzanas y manual para dummies.