Samantha Rocha
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es una de las primeras causas de muerte a nivel mundial, solo en 2012 se le atribuyeron 8.2 millones de muertes. Es una enfermedad que afecta no solo a quien la padece, sino también a las personas más cercanas, quienes deben enfrentarse a una verdadera batalla.
Es por ello una bendición que entre la oscuridad que atraviesan quienes son diagnosticadas con esta enfermedad, existan personas capaces de brindar un alivio mediante el apoyo, la empatía y el deseo de ayudar sin esperar nada a cambio.
Un claro ejemplo de esto es la asociación “Un Cachito de Luz A. C.”, quienes trabajan diariamente para brindar precisamente eso, un poco de luz y esperanza durante este duro camino. Su fundadora es la señora Magdalena Pérez, que con el apoyo de un gran equipo de voluntarios, han llevado alegría a niños, jóvenes y mujeres que luchan contra esta enfermedad.
Surge el 17 de agosto de 2015, tiempo en el que han sumado esfuerzos para beneficio de la sociedad, uno de sus mayores logros es contar con el primer albergue para mujeres con cáncer en Tamaulipas. Fue inaugurado el cinco de marzo del año en curso y se encuentra ubicado a escasos metros del Centro Oncológico.
El albergue abre sus puertas a mujeres de escasos recursos durante el tiempo que su tratamiento lo requiera y un familiar, de manera totalmente gratuita. Reciben pacientes referidos tanto del Centro Oncológico como del Hospital General y la Unidad de Especialidades Médicas para la Detección y Diagnóstico del Cáncer de Mama.
Actualmente se cuenta con capacidad para albergar hasta dieciocho pacientes, pero se pretende continuar creciendo, con el trabajo de todas las personas que han contribuido a hacer este sueño posible, “nos sentimos privilegiados, esto nace de un compromiso con Dios y después con nuestras compañeras de batalla”, compartió Magdalena Pérez.
Una de las voluntarias, la señora Ana Bergmann, expresó que buscan únicamente el beneficio para la sociedad, “el albergue es una casa llena de luz y de confort, ahí pueden descansar, comer, no se les cobra nada, dedicado especialmente a personas de escasos recursos, tanto niños como señoras, pues tristemente esta enfermedad no mide edades ni estatus social”.
Tuvimos la oportunidad de visitar este albergue, ubicado en calle Rafael Tejeda número 230, Col. del Maestro, donde con tan solo entrar se respira tranquilidad y paz, porque la asociación busca precisamente eso, que más que un albergue, sea un hogar.
Platicamos con Adela García, una de las pacientes que semanalmente viaja dos horas desde Estación Manuel para recibir su tratamiento: “Es como mi segunda casa, doña Magda es muy buena con nosotras, si este albergue no existiera no se dónde nos quedaríamos, además está muy bonito, nos sentimos como unas princesas aquí”.
Parte de los servicios que brindan a los pacientes son tanatología, terapia grupal, apoyo para traslados, alimentación, terapia espiritual y terapia ocupacional.
La asociación “Un Cachito de Luz”, también busca cumplir sueños, recientemente fueron los encargados de la organización de un emotivo evento en honor de Nancy, Estrellita y Rubí, quienes pudieron vivir su fiesta de XV años como verdaderas princesas.
Fueron meses de gran esfuerzo, donde mucha gente unió sus fuerzas para hacer posible esta gran celebración, porque cuando buscas ayudar al prójimo los milagros son posibles y algunas personas se convierten en verdaderos ángeles, como un benefactor que abrió las puertas del salón Luz de Luna, para que fuera escenario de este mágico momento, así como cada una de las personas que trabajaron hasta el último minuto para brindarles a las niñas un día entero de dicha y esperanza.