septiembre 27, 2024
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abril 6, 2016 | 155 vistas

CARACAS, Venezuela, abril 5 (Notimex)

Carretillas de dinero en efectivo necesitan los venezolanos para realizar sus mercaditos familiares y llevar a su hogar los escasos productos que consiga, debido a la hiperinflación, dijo el economista privado Rafael Bracamonte.

En el mundo actual la inflación promedio anual es 1.5 por ciento y la de Venezuela, según fuentes extraoficiales, va por 300 por ciento, es decir, más de 170 veces la inflación mundial, precisó a Notimex el ex director de Finanzas del extinto Ministerio de Hacienda.

Bracamonte destacó que los venezolanos observan con tristeza y preocupación como el bolívar ha perdido su capacidad de compra, al extremo de que cada día es más difícil adquirir los alimentos, cuyos precios obligan a muchas familias a realizar una sola comida al día.

“El Banco Central de Venezuela (BCV), para mantener el gasto en expansión, no ha hecho otra cosa que fabricar billetes de cien en cantidades inimaginables. Solo en los primeros diez meses de 2015 puso en circulación mil 139 millones de piezas”, afirmó.

Señaló que el gobierno apeló a la creación de dinero para financiar sus enormes gastos y déficit fiscal, pero mientras más billetes imprime la gente se da cuenta que esos papeles valen cada vez menos y trata de desprenderse de ellos.

Recordó que cuando se acuñó el bolívar fuerte, en 2007, solo tres por ciento de los billetes en circulación eran de cien bolívares; ahora la proporción es del 40 por ciento y la tendencia señala que es inevitable que el BCV introduzca piezas de mayor denominación.

Bracamonte recalcó que los bancos aumentaron considerablemente la cantidad de veces que surten de billetes a los cajeros automáticos y el público rechaza las piezas de menor denominación como las de diez y 20 bolívares, inservibles ante la escalada de los precios.

“La consecuencia es que más bolívares detrás de pocos productos se traducen en incrementos de precios o en mayor demanda de dólares en el mercado paralelo, con lo que el billete verde se encarece y a su vez también acelera la inflación”, advirtió el economista.

Señaló que por otra parte se han comenzado a observar mecanismos de indexación en la economía, ya que los actores económicos deben ajustar sus precios muy rápido al no poder mantener contratos ligados a niveles de costos que cambian constantemente.

Finalmente, dijo que aunque las autoridades monetarias ocultan las cifras, el incesante incremento de los precios y la pérdida en la capacidad de compra que experimentan los ciudadanos, señalan que Venezuela sufre la mayor inflación desde 1950.

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