junio 28, 2024
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abril 10, 2016 | 307 vistas

Rubén Jasso

Hombre reconocido por las generaciones actuales en base a su talento para forjar campeones en levantamiento de pesas y con una amplia trayectoria como deportista en su natal Cuba, Moisés Musa Ledezma es sin dudar, un ícono de la halterofilia en la historia deportiva de nuestro estado desde hace 25 años, cuando llegó a esta tierra para entregarse por completo a la formación de niños y jóvenes que le han retribuido su genuina dedicación con una importante cantidad de medallas, pero que le han dejado sobre todo, la satisfacción de ver como sus alumnos aplican cada enseñanza que un día les regaló.

Con esa sencillez que lo caracteriza y la amabilidad en su trato que tanto lo distingue, el reconocido entrenador nos comparte esos pasajes de su vida que un día lo trajeron a nuestro estado, por el cual tomaría la decisión de darlo todo, sembrando una gran semilla que le ha permitido gozar de un sólido y bien ganado prestigio en base también, a su extraordinaria calidad como persona.

Sentado en un rincón de su “trinchera”, que es el Gimnasio antiguo de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y con el característico sonido de fondo de las barras y pesas que caen al suelo luego de ser levantadas por sus jóvenes alumnos, el entrenador trae a su mente las circunstancias por las cuales viajó a nuestro país.

 

SU LLEGADA

“Yo llegué a tierras tamaulipecas desde el 27 de noviembre de 1991 porque México mandó a pedir entrenadores cubanos de varios deportes y nos seleccionaron por el currículum de cada quien y llegando a tierras tamaulipecas empecé a entrenar en el Planetario en el Siglo XXI, ahí estuve un año y empecé a sacar el equipo de Ciudad Victoria cuando a nivel nacional ni en juvenil ni en primera fuerza había resultados y fui el que empecé a levantar la escuela porque hacía muchos años que si habían tenido buenos resultados con Mauro Alanís como atleta, pero en infantiles, juveniles y primera fuerza ahí es donde estaba flojo en todo Tamaulipas y gracias a Dios estuve trabajando en el Planetario primero y después en la Universidad desde el año 92”, recuerda.

La delegación de entrenadores cubanos era amplia pues superaba los veinte elementos, partiendo todos a distintos estados, “A mí me tocó aquí gracias a Dios y la verdad es que me han tratado muy bien, es mi segunda patria y ya me siento que soy de aquí, dando un poco de lata pero aquí estamos”, dice entre risas.

Para cuando llegó a México, dice, ya contaba con mucha experiencia adquirida en su país natal, “Yo soy de la provincia de La Habana pero no la mera Ciudad, soy de un pueblo que se llama Palos municipio Nueva Paz y ahí empecé a forjar muchachos desde niños, vine yo con esa experiencia y vine aquí a México a enseñar y también aprender porque uno siempre aprende con las personas y con los demás entrenadores”.

 

ATLETA EXITOSO

Sin presunción y más bien para ilustrar la charla, Musa Ledezma recuerda su época como deportista activo, “Yo primeramente fui atleta de alto rendimiento en Cuba en levantamiento de pesas y fui campeón nacional varias veces y participé en varios eventos internacionales y me fue muy bien gracias a Dios y terminé mi carrera como atleta y empecé como entrenador en el año 82”, señala.

De sus múltiples competencias, guarda algunas como un especial tesoro, “En Cuba fui campeón nacional en cinco ocasiones, fui ‘recordista’ nacional y me seleccionaron para eventos internacionales como por ejemplo la Copa Pavlonia en Polonia, la Copa Simón Bolívar en Venezuela y cuando estaba en Cuba participé en tres ‘Manuel Suárez Memorial’ que es un torneo muy fuerte, se puede decir que es como un Mundial porque vienen atletas de Europa, Asia… y tuve la oportunidad de poder ganar también y estando en las pesas seguí estudiando la licenciatura en Cultura Física y Deportes y al finalizar mi carrera deportiva yo estaba graduado es una carrera universitaria”, dice con humildad.

Su amor por México y por Tamaulipas es tan grande que además de adquirir la nacionalidad mexicana, ha echado raíces fuertes que han acrecentado su cariño por nuestra tierra, “Yo ya me hice mexicano, gracias a Dios tengo mi esposa Rebeca Valladares Almanza, mis hijos Moisés Alexis y Neysa y los alumnos míos que todos son como si fueran mis hijos, yo me encariño con ellos, yo soy muy exigente, demasiado recio, pero cuando ellos ven el resultado ellos están contentos y yo también”, afirma con orgullo.

 

MERECIDA RECOMPENSA

De sus pupilos a lo largo de los años, reconoce su esfuerzo por dar lo mejor en cada competencia como él mismo lo hacía en su juventud, “Mi trayectoria como atleta fue muy buena y como entrenador no me puedo quejar porque he tenido infinidad de medallas en todas las categorías en infantiles, juveniles, primera fuerza, Universiadas, no solo individual sino por equipos también y los muchachos me han representado a nivel internacional también con muy buenos resultados gracias a Dios”.

Sus historias de éxito junto a sus alumnos han sido tantas, que eso lo llena de alegría y lo motiva a seguir por ese mismo camino, recordando a algunos de ellos, “He tenido atletas que han ido a Copas, por ejemplo mi hijo fue a un Mundial que se celebró en Perú en el 2011 y quedó como el mejor mexicano clasificado, fui entrenador de Gerardo Torres que fue campeón de la Olimpiada Nacional, representó a México en eventos internacionales… de los primeros atletas que yo entrené, entrené a Antonio Vázquez, Roberto Montiel, Alexis Ábrego, Daniel Romero, a José Alfredo González Linares, Rolando Balderas, Jesús Ulibarri, Luis Guillermo Sánchez, Arnoldo Rodríguez… no quiero seguir porque se me van a olvidar no es por nada pero fueron muy buenos atletas y muy buenos como personas”, destaca.

Si algo reconoce Moisés Musa es que el espacio donde entrena no es precisamente de los mejores para este deporte, pues las carencias saltan a la vista pero no es algo que tome como excusa para bajar la guardia, “La verdad no me puedo quejar de mi trabajo en cuanto a resultados, a lo mejor el no tener condiciones mi gimnasio aquí… eso me permite llegar a un límite porque no puedo tener tantas plataformas como quisiera, o discos o barras y entonces se me dificulta la instrucción a los chavos o que ven el lugar y como que no… pero en realidad lo que he entrenado no he tenido queja pues han salido buenos muy buenos gracias a Dios”, reitera.

 

ALTA EXIGENCIA

La exigencia diaria es mucha en el levantamiento de pesas pero el mismo entrenador señala que es parte del camino al éxito, “Si sobre todo eso, la disciplina, se ve un deporte rudo pero no lo es, aquí se determina mucho el levantamiento por la técnica, que aprendan los chavos desde chicos como se debe levantar pero ya una vez que agarren la técnica y que vengan consecutivamente, van mejorando y le echan más ganas porque ya ven que pueden, yo soy muy celoso de la técnica, yo prefiero no ponerle mucho peso a los muchachos pero sí soy muy exigente con la técnica, soy muy latoso en ese sentido pero para el bien del atleta y para que tenga mejores resultados”, reconoce.

¿Y hay jóvenes que abandonan este deporte?

“Sí, lo difícil de un levantador cuando empieza son los primeros dos, tres meses, ya después de los tres meses si sigue viniendo es muy difícil que se vaya, esto es de levantar poquito a poquito… la pesa es muy beneficiosa para la salud, aquí han venido chavos que estaban enfermos y se les han quitado las enfermedades porque se fortalecen mucho, yo ya tenía experiencia en Cuba con muchachos enfermizos y después se les quitaron las enfermedades con puro levantamiento”.

¿A esta disciplina cuantas horas o días se le dedican?

“Con cinco días que se entrene a la semana dos horas diarias, el niño o el joven que empieza con una hora tiene, pero ya cuando levantan más peso se demora más en levantar en los entrenamientos, ponle que dos horas pero no quiere decir que va a levantar y levantar, no, va a hacer repeticiones con poco peso, que ellos lo dominen para mejorar la técnica para cuando tengan que levantar más peso lo hagan mejor y no se lastimen”, recomienda.

En opinión del entrenador, hay un factor de suma importancia a la hora de inculcar en niños y jóvenes lo relacionado con este deporte, “Por ejemplo, el entrenador debe haber sido levantador, por la enseñanza, por la técnica, por la competencia, por los nervios, el famoso pre arranque antes de competir que si estás nervioso o no, en todo eso ya uno tiene experiencia de muchos años acumulados”.

¿Y el aspecto mental qué papel juega?

“Es muy importante que el entrenador esté sobre el chavo, ‘tú puedes y si no puedes no pasa nada’ y echarle porras al chavo aunque falle el peso, la cuestión del chavo es que le tenga confianza al entrenador y el entrenador al muchacho para que pueda destacar en la competencia y no es por nada pero mis atletas aunque no agarren medalla mejoran en sus resultados”.

Exigente como suele ser con sus pupilos, Moisés Musa también trata de encaminarlos para lograr otros beneficios a la par de su labor como deportistas, “Yo les digo: aquí no cobro ni un centavo, al contrario, a veces compro cosas que no me las piden pero yo las compro para ellos, aquí la ventaja es que no pagan, es de gratis, nomás está en que le echan ganas, pero les digo si ganan una medalla el Instituto (Tamaulipeco del Deporte) o la Universidad te va a dar una beca pero tienes que ser bueno”.

¿Actualmente cómo anda el nivel de los tamaulipecos?

“Nosotros siempre hemos sido un deporte que hemos tenido medallas, si te vas a las estadísticas creo que estamos entre los cinco deportes que más medallas ha aportado a Tamaulipas pero te estoy hablando de 15 ó 20 años para acá, estamos entre los deportes que más hemos aportado medallas al estado en todas las categorías, ahorita estamos en una situación no muy favorable porque no tenemos la cantidad de atletas suficientes para enfrentar a las potencias como Baja California, Jalisco, Sonora, Nuevo León, Quintana Roo… nosotros tuvimos un tiempo que a todos les ganábamos pero ahora nos tocó que no tenemos muchos chavos y en realidad si estamos un poquito abajo pero no nos sacan mucha diferencia”, apunta.

¿Son “camadas” que se dan cada cierto tiempo?

“Pues hay tiempitos que vienen chavos que tienen condiciones y otro que no, por ahí va la cosa, de repente tengo chavos que empiezan y empiezan mis compañeros y traemos varias medallas por eso yo digo que soy muy exigente con la disciplina, porque yo les digo a los niños y a los jóvenes: un solo día que dejen de venir, ese día ya no lo recuperas en tu historia deportiva, entonces hay que echarle ganas y la competencia parece que está lejos pero está ahí mismo y les hago conciencia y gracias a Dios hemos salido bien siempre”.

¿Qué siente al ver a uno de sus alumnos en el podio?

“A cualquiera de mis alumnos que yo veo que agarra una medalla para mí es un orgullo muy grande, bastante grande, igual que si hubiera sido yo o veces hasta más porque es más difícil ser entrenador que atleta”.

Celoso en la enseñanza de sus pupilos, Musa Ledezma también reconoce que no se queda callado cuando a su parecer, los jueces afectan el esfuerzo del deportista, “Yo si reclamo, cuando me le quitan un movimiento a un muchacho y yo no vi ninguna falla técnica sí reclamo, a veces me pongo medio feo porque yo digo: si no reclamo ahora para la otra va a estar peor, claro no con groserías ni con falta de respeto”, acepta.

 

HACEN EQUIPO

Con humildad, también reconoce que en cualquier competencia fuera del estado, los sentimientos se unen en pos de un objetivo en común, “Yo les digo: somos Tamaulipas, no somos los de Musa que está en la Universidad, el otro en el Polideportivo, el otro en el Planetario, el otro en Tampico… no, a la hora de la competencia yo busco que todos destaquemos”.

¿Le piden consejos los otros entrenadores?

“Si, yo me llevo muy bien con (Óscar) Puga, con Roberto (Ruiz)con César, inclusive Puga y César fueron alumnos míos, yo aprendí de ellos, pero ellos aprendieron de mí también, ellos tienen más o menos la misma metodología que hago yo porque yo me doy cuenta entonces lo que uno enseña como profesor le sirve al alumno para que alguna vez como entrenador lo transmita y por eso es que ellos también han tenido buenos resultados”, al tiempo que recuerda como en meses pasados sus alumnos y los de Óscar Puga entrenaban juntos en el modesto Gimnasio de la UAT por ese fuerte sentimiento de ayudarse unos a otros, “Aquí estuvo Puga como un año y medio porque el gimnasio (de la Unidad Siglo XXI) se lo iban arreglar y yo le dije nombre no te preocupes, aparte los míos estaban a gusto porque estaban entrenando con los de él y aquí nos la pasamos muy bien, andábamos todos muy pegados”, dice sonriendo.

¿Qué sigue para sus pupilos?

“Ahorita estamos esperando la Olimpiada Regional pero no han dicho o por lo menos yo todavía no sé dónde va a ser, y también estoy en espera de la Universiada pero la suspendieron, y también hay algo con la Olimpiada pero como quiera yo sigo entrenando a los chavos, aunque me digan ‘sabes que profe no hay nada este año’, ellos vienen a entrenar porque yo digo bueno tienen más tiempo de entrenar, no hay pretexto para que mejoren más”, señala contundente.

Por último, reitera su gusto por formar niños y jóvenes en la disciplina de levantamiento de pesas, “Es difícil haber sido atleta destacado y después ser destacado como entrenador, pero creo que conmigo fue una excepción” dice en tono de broma, y agrega: “Hay muchos levantadores que conozco que ya no les gustó ser entrenador fueron nada más levantadores, a mí me gusta sobre todo enseñar a los niños desde abajo” y concluye: “A los niños y los jóvenes y las niñas que quieran venir, aquí estamos con mucho gusto en la Universidad al que quiera inscribirse”, concluye.

 

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