Manny Pacquiao se fue del boxeo por la puerta grande. El histórico filipino, considerado uno de los más grandes peleadores de la última época en el boxeo profesional, derribó dos veces al estadounidense Timothy Bradley ante 14 mil 556 fans en la MGM Grand Garden Arena antes de vencerle por decisión unánime – 116-110, 116-110 y 116-110 – en su último combate.
Pacquiao mejoró su récord profesional a 58 victorias, seis derrotas y dos empates con 38 nocauts, para colgar finalmente los guantes en la que terminó siendo una fiesta y un festín de golpes ante un Timothy Bradley que salió más defensivo de lo acostumbrado y pagó el precio para dejar su marca en 33-2-1 y 13 nocauts. Tras la serie de tres encuentros, Manny se llevó el segundo y el tercero tal y como lo hizo ante Érik Morales y Juan Manuel Márquez.
En su combate 66, por que se embolsará cerca de 20 millones de dólares, Pacquiao finalmente dejó ver que fue todo para él en el boxeo en busca de un puesto como senador en Filipinas. Se va después de haber ganado más de 500 millones de dólares y conquistado títulos en ocho divisiones diferentes.
En el round 25 de la serie, o el primero de esta tercera pelea, Bradley buscó contragolpear desde el arranque y Pacquiao fue en busca de la presa cumpliendo lo que había prometido, que iba a ser más agresivo, aunque esta vez fue poco efectivo.
En el segundo Bradley comenzó mejor, logró aprovechar los errores de Pacquiao a la ofensiva con una buena mano derecha, pero el tagalo cerró bien, primero le colocó una potente izquierda de volado y luego con un recto de derecha antes del campanazo.
Salieron ambos al tercero con ganas de lastimarse, tirando volados y fuertes upers sacudió Bradley a Pacquiao primero y luego el congresista asiático le respondió con esa izquierda centelleante que conquistó desde hace muchos años a millones de fanáticos. Las emociones se elevaron pero aún nadie podía inclinar la balanza.
Pacquiao salió a comerse el ring y buscó a su rival desde que les llamaron para el cuarto round, y tras insistir una y otra vez con mano derecha, finalmente fue un gancho de derecha lo que hizo trastabillar a Bradley, quien apremiado por la situación finalmente trató de cerrar las acciones y alcanzó a meter un buen uper, aunque nada que preocupara a Manny y su esquina.
Al quinto salió Bradley a poner orden, y comenzó bien con mano derecha, contragolpeando a Manny y metiendo las dos manos de gancho, pero luego vino ese Pacquiao abrumador y le metió tres volados de derecha que hicieron retroceder a Tim en más de una ocasión mientras la arena se electrizaba como en las mejores noches del multicampeón.
De la emoción se fueron a la tranquilidad en el sexto, y es que tiraron menos y quien aprovechó la ocasión fue Pacquiao, al meter de nuevo combinaciones hasta llevar a Bradley a las cuerdas. El error no llegó y las acciones se enfriaron poco a poco.
Con la misma precaución de antes salió Bradley al séptimo. Pacquiao evitó las pocas combinaciones que Bradley le tiró y con esa velocidad que le caracteriza pudo el filipino sobrellevar el combate sin ser un dominante abrumador. Al final del round, Pacquiao tiró una veloz combinación y Bradley, entre los golpes y un tropezón, se fue a la lona. Tony Weeks le contó pese a los reclamos del californiano.
Con más hambre salió Bradley al octavo y es que la caída en el round anterior pudeo ser definitiva. Fue al frente y se encontró con la rapidez del filipino que como gato boca arriba se defendió, hasta que llegó un buen gancho de mano izquierda de Tim que hizo retroceder por todo el ring a Manny provocando que el público despertara. Al final Bradley dio avisos de que no estaba acabado.
Una derecha de Bradley abrió el noveno, pero pronto el filipino respondió con izquierda para evitar que siguiera creciendo la confianza de Timothy. Con un minuto en el round, Pacquiao le metió tremendo gancho de izquierda que mandó a la lona a Bradley de manera espectacular y apenas se levantó el estadounidense fue por él en busca del nocaut, que aunque no llegó estuvo cerca.
En el décimo y undécimo no pasó mucho. Bradley no quiso ser noqueado por Pacquiao pero tampoco intentó ganar por nocaut, que para entonces era la última vía de escape hacia la victoria. El estadounidense fue abucheado incluso en algunos momentos de estos episodios.
Para el último round, el 431 en la carrera de Pacquiao, primero el filipino salió a abrazarse con Bradley para luego retomar la guardia. Una ovación hizo retumbar la parte intermedia del round en la que los fans agradecieron así al filipino ese espectáculo que brindó durante su carrera. Al final Bradley intentó infructuosamente ir por él y terminó enredado entre las cuerdas sin éxito.