diciembre 11, 2024
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abril 10, 2016 | 108 vistas

Alfredo Guevara

Aunque no se ha podido cuantificar, al Gobierno del Estado le ha costado en recursos económicos, materiales y humanos poder sofocar los incendios que se han registrado en la zona serrana, en el campo, tras quemas agrícolas que se han salido de control, como en la zona urbana de la ciudad.

Y es que, tan solo el incendio que tiene siete días en la zona serrana de la Capital del Estado, ha ameritado en promedio más de 25 descargas de agua diaria, con el uso del helicóptero, que se extrae de la presa Caballeros, confirmó Medardo Sánchez Albarrán, coordinador de Protección Civil del Gobierno del Estado.

La cantidad de hectáreas siniestradas no es motivo de alarma, pero el número de conflagraciones sí registra un incremento, comparativamente con lo registrado en los dos últimos años, como resultado de que en la temporada invernal hizo frío pero no llovió.

“Traemos poco más de 200 personas, entre ellas algunos servidores públicos que realizan labores de combate al incendio, pero también voluntarios a los que el Estado les apoya, económicamente hablando, además de lo que implica la alimentación, el agua, la herramienta que usan en su labor, entre otras cosas” explicó.

Sánchez Albarrán apuntó que la dificultad para combatir los incendios no es por falta de capacidad, sino más bien por otra serie de factores, entre ellos la carencia de agua para sofocarlos, las condiciones que imperan en la naturaleza ante la ausencia de lluvia, el viento que se registra y quemas agrícolas que se han salido de control en el campo.

Confirmó que al Estado le cuesta sofocar esos incendios, tomándose en cuenta que los dos helicópteros, uno de Protección Civil que reside en Jaumave y otro más de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Victoria, requieren de turbosina.

Además, llantas de las unidades que se tienen que cambiar, derivado de las condiciones del terreno a donde ingresan para tratar de controlar el avance del fuego, mangueras para los vehículos de bomberos que con el contacto con el suelo y la fricción sufren desgaste, entre otros factores.

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