Mauricio Zapata
Muchos de ellos no salen de su casa si no se encomiendan a la fe divina.
Algunos de ellos, incluso, cada vez que pasan por un templo, se santiguan o si son muy, muy creyentes se persignan.
Cargan en su cartera o bolsillo la imagen de un Santo o bien, cuelgan de su cuello un escapulario o un rosario.
Los hay aquellos, también, que oran cada vez que hay oportunidad o según lo amerita la ocasión.
El asunto es que la política no riñe con las creencias religiosas de los personajes del servicio público. Y menos ahora que están en campañas.
En el ámbito de la política nadie esconde sus creencias, su devoción o su fe. Y es que muchos de sus protagonistas se declaran devotos de una religión, supersticiosos y los hay aquellos que hasta fanáticos son.
La mayoría lo trae desde la cuna, ya que su familia les inculca una religión. La mayoría de ellos fueron bautizados, hicieron su Primera Comunión, se casaron por la Iglesia y cada domingo van a misa a pedir o sólo a escuchar la palabra.
Los que profesan otra religión hacen lo propio, según manda los cánones de ella.
Los políticos tamaulipecos no se quedan atrás y mostraron sus cábalas, creencias y devoción al arrancar su carrera proselitista de cara a las elecciones del próximo cinco de junio.
Y hay de todo: católicos, evangélicos, cristianos, oportunistas y hasta ateos o laicos como prefirieron ser llamados.
La gubernatura es su meta y para ello se hacen acompañar portando en algún lugar de su cuerpo la imagen del santo de su devoción. Incluso, los hubo aquellos que comenzaron su gira asistiendo a misa o al culto.
Pero también los hay aquellos que cargaron con su amuleto de la suerte o de algo que creen los va a cuidar, proteger y hasta ayudar a que les vaya bien.
ES MÁS COMÚN DE LO QUE PARECE
En política es más común de lo que la gente pudiese creer. Es más, se han dado casos hasta de fanatismo hacia una cosa u otra.
Hace seis años, el entonces candidato a la gubernatura de Tamaulipas por el PRI, Rodolfo Torre Cantú siempre mostró su enorme devoción por Jesús. De hecho en la bolsa de su camisa siempre llevaba una imagen del hombre que fue crucificado. Pero no sólo eso siempre colgaba de su cuello un escapulario.
Antes, Tomás Yarrington portó durante su campaña una camisa azul, atribuida, primero, a la mercadotecnia, pero hay quien asegura que era su amuleto de la buena suerte, puesto que era su color favorito. Pero no sólo eso, sino que siempre atento a Tomás Moro, el Santo de los políticos, del cual se declaró devoto.
En 1992, Manuel Cavazos Lerma rompía con algunos paradigmas y nos mostraba sus sombreros como parte de un amuleto, pero debajo de él las famosas pirámides. Mismas que siempre formaba con las manos a la hora que arengaba sus discursos.
En el ambiente federal también hay antecedentes. Presidentes, senadores, diputados, muchos con sus cábalas que, para ellos, les ha significado buena suerte o buena fortuna.
LOS CANDIDATOS Y SUS CREENCIAS
Quienes aspiran a gobernar Tamaulipas tienen sus cábalas y comparten la devoción hacia una imagen a la que le tienen mucha fe.
Los hay guadalupanos, los hay no creyentes, pero también los hay aquellos que no pueden empezar el día o una actividad orándole al santo de su devoción.
El abanderado del Partido Acción Nacional (PAN) Francisco García Cabeza de Vaca se dijo religioso, devoto de la Virgen de Guadalupe ostenta un escapulario con su imagen.
“Soy guadalupano y siempre traigo a la Virgen aquí conmigo”, señaló el panista cuando encabezaba una brigada con los simpatizantes jóvenes de su partido.
Señala que va a misa muy seguido y siempre, antes de iniciar su día, le dedica una oración a la guadalupana. También por las noches ora brevemente para agradecer “las bendiciones diarias”.
Por su parte, el abanderado de la coalición encabezada por el PRI; Baltazar Hinojosa Ochoa se encomendó a “San Benito”, figura de la religión católica muy apreciada por los fieles. A ella se le atribuyen poder y remedio, ya sea contra ciertas enfermedades de hombre y animales, ya contra los males que pueden afectar al espíritu, como las tentaciones del poder del mal. Es frecuente también colocarla en los cimientos de nuevos edificios como garantía de seguridad y bienestar de sus habitantes.
De hecho, inició su campaña asistiendo a misa y pidiéndole, tanto a Dios como San Benito para que le vaya bien a él y a su familia.
“Siempre le he tenido mucha fe a San Benito, por muchas razones: así se llamaba mi abuelito y mi mamá me lo inculcó desde muy pequeño y creo que siempre me acompaña; lo traigo siempre en mi cartera y siempre me ha ido muy bien con él. Es un muy buen intermediario y, desde luego, también con nuestro querido Señor Jesucristo”, dijo al salir de misa antes de haber iniciado su campaña.
A este Santo también se encomendó el candidato del PRD a la gubernatura Jorge Valdez Vargas, quien además porta un rosario.
El abanderado perredista también había iniciado con una misa antes de su campaña ante Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, de quien también se dijo creyente.
“Yo siempre he sido creyente. Primero Dios siempre. Primero mi virgencita de San Juan de los Lagos y claro, también mi San Benito que siempre lo traigo conmigo, me cuida, me protege y me guía”, señaló.
DEVOTOS DE OTRAS RELIGIONES
Armando Vera del PT se dijo Cristiano. Él ora cada vez que se despierta, cada vez que come y antes de irse acostar. Lo hace siempre para agradecer y para pedir que le vaya bien. Es su cábala, es su creencia, es su devoción.
En las mismas está el candidato del Partido Encuentro Social, Abdies Pineda Marín, quien se declaró cristiano.
“Siempre antes que otra cosa, nuestro Señor. Dios Padre siempre antes de iniciar. Él está en nuestros corazones y todo se lo debemos a Él”, señaló brevemente.
Quienes han cubierto su campaña o sus actividades políticas, aseguran que antes de iniciar la arenga o el evento en sí, dedica tres minutos para orar y pedir que le vaya bien.
Agacha la cabeza, extiende las manos y cierra los ojos. En voz alta ora y después de un “amén”, comienza con sus actividades o sus discursos.
En su escritorio siempre habrá una Biblia.
…Y LOS ATEOS
Gustavo Cárdenas de Movimiento Ciudadano es laico y solo obedece a la fe terrenal.
“Yo creo en la gente, en la humanidad, por ellos hay que trabajar”, dijo brevemente. Luego señaló que en política, la religión pasa a segundo término.
En el mismo tono habló Héctor Martín Garza González quien no se declaró devoto de ningún Santo ni traer cábalas o amuletos para su vida diaria.
AMULETOS PARA LA SUERTE POLÍTICA
Otros políticos que en alguna ocasión han emulado a la buena suerte son Edgar Mlehem, actual diputado federal que durante su campaña utilizó unas botas que según él, eran su amuleto.
Jesús de la Garza Díaz del Guante usó un reloj en color verde, el cual dijo, le dio buena suerte en su campaña por la diputación federal y que ahora volverá a usar para contender por la alcaldía matamorense.
El actual candidato del PRI a la una diputación local por Ciudad Victoria, Carlos Morris calza unos zapatos rojos que serán su amuleto una vez arranque su campaña.
Ernesto Robinson Terán también trae unos tenis en color rojo como su amuleto de la buena suerte.
Aunque la ley en materia electoral prohíbe la utilización de símbolos religiosos en actos políticos, quienes participan en la contienda electoral de manera individual y en privado realizan sus propios rituales.