PARAVOOR, India, abril 11 (AP)
Equipos médicos atendían este lunes a cientos de heridos en un gran incendio en el que murieron al menos 110 en templo en India. Mientras, tanto, las autoridades buscaban a los responsables del espectáculo ilegal de fuegos artificiales que provocó las llamas en un templo hindú en el sur de India.
Entre los restos calcinados del recinto del templo Puttingal Devi, en la localidad de Pravoor, equipos de rescate buscaban entre las enormes pilas de polvo, madera y concreto para determinar cómo un espectáculo pirotécnico no autorizado provocó este domingo de madrugada un incendio que arrasó el templo cuando estaba abarrotado con miles de personas por un festival religioso.
La policía detuvo a cinco trabajadores para interrogarlos sobre los fuegos artificiales almacenados en el lugar, con la esperanza de obtener más información sobre quién era el propietario del material y quién contrató el espectáculo, dijo el policía R. Unnikrishnan Nair.
Los cinco fueron liberados más tarde, pero Nair no aclaró si habían podido ayudar a las autoridades a dar con alguno de los 15 miembros de la junta del templo huidos tras el suceso.
La policía investigaba a seis personas, según la agencia de noticias Press Trust of India, entre miembros desaparecidos de la junta y asociados de contratistas de fuegos artificiales. Podrían ser acusados de intento de asesinato y homicidio por negligencia, dos delitos punibles con cadena perpetua, así como por almacenaje ilegal de explosivos.
La cifra de víctimas este lunes por la tarde era de 110 muertos y más de 380 heridos, entre los que había muchas personas con quemaduras y otras que se lesionaron al derrumbarse un edificio anexo en el que se almacenaban fuegos artificiales, afirmó la policía.
Tras el incendio, que se desató en torno a las tres de la madrugada del domingo, vecinos de la zona y policías sacaron a muchos de los heridos de debajo de losas de concreto y hierros retorcidos. Las víctimas fueron evacuadas a hospitales en Thiruvananthapuram, la capital del estado, situada unos 60 kilómetros (37 millas) al sur de Paravoor, así como a la ciudad de Kollam.
Decenas de parientes preocupados abarrotaban el hospital del distrito de Kollam este lunes buscando a sus familiares aún desaparecidos.
“Sólo intentamos tranquilizarlos para que puedan darnos la información, con la que podemos ayudarlos a buscar a sus familiares desaparecidos”, dijo K. Shijil, empleado de la mesa de información del hospital, y que repartía lotes de emergencia con una toalla, ropa, agua potable y galletas.
Entre la multitud que rodeaba la mesa de información estaba Somraj, un hombre de cabello gris en la cincuentena. Buscaba a su yerno, Anu Lal, que estaba viendo el espectáculo con él cuando se produjo el desastre.
“Íbamos a regresar a casa, cuando Anu dijo ‘Veamos unos pocos minutos más’”, recordó Somraj, que como muchas personas en el sur de India sólo utiliza un nombre. “Entonces se produjo esa gran explosión y todo se quedó oscuro. Lo he buscado por todas partes”.
El fuego comenzó cuando una chispa del espectáculo prendió otra remesa de fuegos artificiales que se almacenaba en el complejo del templo.
Decenas de asistentes corrieron en pánico cuando la gran explosión inicial cortó la electricidad en el recinto. Las llamas atraparon a muchos fieles en el recinto, mientras otras explosiones extendían las llamas y lanzaban escombros por los aires, dijo un testigo.
“Fue un completo caos. La gente gritaba en la oscuridad. Se oían sirenas de ambulancias, y en la oscuridad, nadie sabía salir del complejo”, explicó Krishna Das, residente del pueblo de Paravoor.
Las televisoras locales mostraron imágenes de densas nubes de humo blanco que se alzaban desde el templo, mientras los fuegos artificiales se elevaban en el cielo nocturno.
La mayoría de las 110 víctimas mortales fallecieron al derrumbarse el edificio donde se almacenaban los fuegos artificiales, explicó el ministro jefe Oommen Chandy, máximo cargo electo del estado.
La mayoría de los cuerpos estaban ya identificados, aunque quedaban al menos once víctimas irreconocibles por los efectos del fuego.
Preocupadas por la seguridad, las autoridades regionales negaron la autorización al templo para celebrar este año su competición anual de fuegos artificiales, enmarcada en un festival de siete días en honor de la diosa Bhadrakalo, una encarnación en el sur de India de la diosa hindú Kali.
“Se les dijo claramente que no se autorizaría ninguna clase de fuegos artificiales”, dijo a la prensa A. Shainamol, máxima responsable del distrito de Kollam. Las autoridades temían que los competidores intentaran superar a sus rivales empleando cada vez más fuegos artificiales, y los vecinos de la zona habían denunciado que los espectáculos eran una molestia y un riesgo de incendio.