Samantha Rocha
No todas las personas tienen la suerte de encontrar su pasión en la vida, aquello que los inspira día con día, que los impulsa a despertar cada mañana con ganas de comerse el mundo y algunas veces, hay quienes saben que camino deben seguir, pero no se atreven a avanzar.
Afortunadamente para Alexandra Benavides, una talentosa chica victorense, nada ha sido impedimento para que siga su más grande sueño, abrirse paso en el mundo del teatro, dejando una gran huella y fomentando en los jóvenes como ella, el amor hacia las artes y la cultura.
Desde los ocho años inició su viaje por esta hermosa disciplina, sin embargo fue hasta el 2006 que comenzó a practicarlo con regularidad, nos cuenta que siempre ha sido una persona soñadora y en el teatro encuentra la posibilidad de que sus sueños crezcan y se materialicen, además que le ha permitido romper muchas barreras personales.
Para ella, una de las mayores satisfacciones que le ha dejado el teatro es la oportunidad de conocer gente maravillosa que transmite su alegría por la vida mediante esta disciplina, además de la respuesta del público y las sonrisas que logra dibujar en los niños es algo que nunca olvida, “el arte te reencuentra con tus emociones y por ende te re-humaniza” expresó.
Al principio su familia no estaba de acuerdo en que dedicara tanto tiempo a esta actividad, pues en ocasiones sus ensayos se extendían hasta altas horas de la noche, a veces a diario, pero con el paso del tiempo, se dieron cuenta que no habría poder humano que la alejara de su gran pasión “ahora me preguntan en qué me pueden ayudar y qué necesito, son el mejor staff que puedo tener”.
Siempre ha tenido como prioridad el aprendizaje constante, cuando era niña estuvo en el grupo “mitoteros”, posteriormente tomó clases en la Casa del Arte, en 2009 se integró al grupo Colectivo Trueque con quienes trabajó hasta 2014. Pero además, ha tomado varios cursos, diplomados y talleres en el tema, tanto con grandes maestros a nivel nacional como internacional, pues estuvo en Argentina preparándose una temporada “fue un mundo escénico completamente distinto”, nos compartió.
De sus trabajos realizados, recuerda con mucho cariño la puesta en escena Ana ¿verdad? de Francisco Hinojosa en 2013, la cual marcó un antes y un después en su carrera, “Julia Trastornada” en 2015, en codirección con Jesús Cota; además, dirigió la obra “La cajita de memorias” en el marco del Festival de arte infantil “Semillas para la Paz” y más recientemente en “Trotantes”, una idea fresca y original con un gran mensaje para los espectadores.
Ahora, emprendió una nueva aventura al mudarse a la ciudad de Mérida, donde buscará entrar a estudiar teatro en una universidad de dicho lugar, pues considera que requiere tener una educación formal en las artes escénicas, que complementen su actividad.
“Creo que todos podemos y necesitamos estar en constante aprendizaje y renovación, me voy por ahora, pero a futuro me gustaría mucho poder regresar para trabajar acá en Tamaulipas proyectos que apoyen a difundir la actividad escénica en Victoria y seguir compartiendo con la gente de acá tantos sueños que se quedan en standby”, puntualizó.
Alexandra es un claro ejemplo de lo que una persona es capaz de lograr cuando se lo propone, además de poseer un enorme talento para el teatro, en cada presentación se puede notar el amor con el que se desempeña, dejando huella en los corazones de quienes pueden apreciar su trabajo. Además, siempre mantiene su sencillez, carisma y una gran sonrisa para quienes la rodean.
Le deseamos mucho éxito en esta nueva etapa.
