DOHA, Catar (AP)
La OPEP ya no es lo que solía ser.
Antes de la planeada reunión de la mayoría de los integrantes del organismo y otros importantes productores petroleros en Catar para aprobar una congelación en la producción, algunos miembros de la OPEP siguen produciendo crudo a niveles récord pese a que los precios han caído a menos de la mitad de hace dos años, un indicio claro de las disensiones en su seno.
Aunque los mercados bien podrían reaccionar a cualquier decisión que se adopte el domingo en Doha, los analistas pronostican que seguirán los precios deprimidos durante el año en curso mientras los productores siguen bombeando para mantener sus gobiernos a flote.
Esa situación hace preguntarse qué ganancia a largo plazo pueden esperar los productores de una congelación en la producción, y qué poder efectivo ejerce la OPEP mientras las empresas estadounidenses de esquisto bituminoso se aprestan a reingresar al mercado si suben los precios.
“Calculamos en un 50 por ciento la probabilidad de un acuerdo de suspensión exitoso”, escribió este mes el analista Michael Wittner de la Societe Generale. “Sencillamente hay un nivel enorme de incertidumbre”.
Por lo menos 15 naciones productoras que representan un 73 por ciento de la producción mundial son esperadas en la reunión de Doha, dijo el ministro de energía e industria de Catar, Mohammed bin Saleh al-Sada. La reunión sucede a una sorpresiva reunión en Doha en febrero entre Catar, Rusia, Arabia Saudí y Venezuela, en la que prometieron reducir su producción de crudo al nivel de enero si otros productores hacían lo mismo.
Las naciones esperan que la reducción permita que los precios mundiales del petróleo se repongan de su abrupta caída desde el verano del 2014, cuando se mantenían por sobre los cien dólares el barril. Los precios cayeron brevemente en enero por debajo de los 30 dólares el barril, su menor nivel en doce años, aunque subieron a 40 dólares este mes, impulsados en parte por la especulación del mercado sobre la reunión de Catar.
La caída de los precios es buena noticia para los consumidores. Los automovilistas en Estados Unidos pagan ahora un promedio de 2.05 dólares el galón (54 centavos el litro), el menor precio para esta misma fecha desde el 2009, según la AAA. Las aerolíneas han ahorrado miles de millones de dólares en combustible.
Pero para las naciones productoras que dependen de los ingresos petroleros, los resultados han sido devastadores. La economía de Nigeria, miembro de la OPEP, se estancó, mientras Venezuela enfrenta una hiperinflación y racionamientos.
Irak dijo que aumentó su producción en marzo a más de cuatro millones de barriles de petróleo diarios, mientras Kuwait dice que extrae tres millones de barriles diarios y quiere alcanzar los cuatro para el 2020. Los analistas dicen que Bahréin, Omán y Arabia Saudí enfrentan la mayor amenaza por los precios bajos. Y Arabia Saudí, que produce unos diez millones de barriles de petróleo por día, está quemando sus reservas de efectivo mientras mantiene elevada su producción para financiar la guerra en Yemen y cubrir gastos del gobierno.