BRASILIA, Brasil, abril 17 (Notimex)
La Cámara de Diputados brasileña inició la sesión plenaria para votar el proceso de juicio político contra Dilma Rousseff, en un ambiente de amplia polarización que se expresaba en manifestaciones a favor y contra del “impeachment” por todo Brasil.
Tras 42 horas de debates, iniciados el viernes a las 08:30 horas locales, el presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, leyó la orden del día, que prevé aún horas de discursos antes del momento crucial de votaciones, previsto para la noche.
En un ambiente de incertidumbre sobre si el “impeachment” tendrá o no el apoyo de por lo menos 342 diputados para prosperar, miles de personas comenzaban a ocupar las calles de todo el país –desde Río de Janeiro a Brasilia- para seguir la sesión.
En los últimos días la oposición a Rousseff aseguraba disponer del apoyo de dos tercios de la Cámara Baja para hacer avanzar el “impeachment” hasta su fase determinante en el Senado, donde la Presidenta podría ser apartada del poder inicialmente por un período de 180 días.
Sin embargo, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y la propia Rousseff –considerada poco hábil en las negociaciones políticas con el Legislativo- aumentaron los contactos con diputados y gobernadores afines, sobre todo de las regiones del nordeste de Brasil, las más beneficiadas por las políticas sociales de los últimos años, para tratar de frenar los apoyos al “impeachment”.
EMBARGA ANSIEDAD A BRASILEÑOS
Miles de manifestantes se congregaron en dos bandos separados por un inmenso muro a las puertas del Parlamento en Brasil, debido al juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff.
Para unos el “impeachment” (juicio político) supone una esperanza de cambio en un país azotado por la corrupción y una histórica recesión; para otros, es un intento de “golpe” para acabar con 13 años de políticas de izquierda y de derechos sociales.
“Creemos en la democracia y estamos aquí para defenderla”, explicó a Notimex Ana Cristina Ferreira, profesora de primaria y militante del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
“Las políticas sociales están en riesgo. Hay un desafío a nuestro proyecto de país. Los que apoyan el “impeachment” quieren que perdamos los avances sociales y laborales. Pretenden usurparnos las conquistas de los últimos años”, aseguró, vestida de rojo; como muchos, en uno de los dos espacios habilitados para manifestarse frente a la sede del Legislativo.
El ambiente del lado de los que manifestantes que apoyan a Rousseff y califican de “golpe de Estado” el juicio político, que se vota este día en el plenario de la Cámara de Diputados, era de aprensión y ansiedad por el riesgo de que el PT pierda el poder tras 13 años en el poder.
“Esto es un golpe contra el pueblo brasileño. Ellos no quieren mejorar Brasil, solo quieren derrumbar al PT, imponer el modelo neoliberal. Son irresponsables, trogloditas. El mundo va adelante y nosotros hacia atrás”, dijo Antonia Lucia Cavalcante, una funcionaria de 60 años llegada en autobús desde el estado de Goiania.
Cuestionó “¿cuánto tardaremos en volver a la democracia?, ¿cuántas generaciones serán perjudicadas por este golpe?”.
“Vamos a luchar hasta el fin. Estamos aquí porque creemos en el modelo social. Si el ‘impeachment’ avanza no abandonaremos las calles. No aceptaremos de ninguna forma el golpe. El país va a ser incendiado. No van a quitarnos nuestros derechos”, aseveró.