Paoletti Rodríguez
A sus 57 años, la señora Marcelina Nava continúa trabajando para llevar recursos a su hogar, a pesar de no contar con una pierna recorre la Ciudad vendiendo su periódico sin ningún inconveniente.
Nos cuenta que hace seis años perdió su pierna por la enfermedad de diabetes, sin embargo nunca se deprimió por esto, al contrario desde los primeros días comenzó a buscar trabajo adaptándose a su nueva forma de transportarse.
Marcelina Nava Barrón vive en la Colonia Nacozari y desde muy temprano sale de su casa en su silla de ruedas para dirigirse al centro de la Ciudad, donde vende su periódico para apoyar a su hija en los gastos del hogar, con quien vive actualmente.
“Aquí vengo a visitar a mis amistades y a mi familia que vive por aquí y vendo periódico, yo a las 5:40 de la mañana recojo el periódico en el 21 y 22 Bravo y regreso a mi casa ya repartiéndolo, nada me impide continuar trabajando para ganar un poco de dinero”, expuso.
Por esta razón cuando perdió su pierna hace seis años decidió que no se quedaría en cama todo el día, y aunque sus hijos se molestaban porque se arriesgaba en la calle, pero afirma que mientras pueda seguir recorriendo la Ciudad, continuará trabajando para conseguir el sustento del hogar.
“Ya todo mundo me conoce y me dan el pase, voy a cumplir seis años el 24 de diciembre, por la diabetes me operaron mi pierna porque no había nada que hacer, a la semana de haber salido para dos días ya estaba en mi silla en mi casa y no quedé en la cama si no que luego luego me paré y me vine a la calle”, relató.
El único problema al que se tiene que enfrentar es a la mala educación vial de la gente, pues no respetan las rampas para discapacitados, y diariamente se enfrenta a esto, aunque no es obstáculo para que siga su camino.
“No en todas partes hay rampas para discapacitados y tengo que ingeniármela para poder pasar, y en las zonas que hay a veces a la gente no le importa y se estaciona obstruyendo estas áreas, pero sin ningún problema me subo y bajo de la banqueta”.
Considero que la ciudadanía debe tener más respeto por estas áreas para discapacitados porque las personas discapacitadas tienen que arriesgarse a sufrir una caída al bajar o subir una banqueta.
TUVO QUE DEJAR SU ANTERIOR EMPLEO
Anteriormente señaló que trabajaba cuidando personas enfermas y estaba acostumbrada a estar activa todo el día, pues desde las seis de la mañana hasta las once de la noche laboraba, incluso tenía tres empleos.
Agregó que tras perder su pierna ya no pudo continuar laborando en la misma actividad, porque tenía que cuidar personas enfermas y en silla de ruedas no podía tener esa responsabilidad, porque era complicado atenderlos en sus necesidades.
Por esta razón al poco tiempo decidió comenzar a vender periódico, lo cual le deja un poco de ganancias y hay muchas personas que la apoyan comprándoselo y además algunas veces con apoyo alimenticio.
Actualmente vive con una hija, quien trabaja pero es complicado satisfacer todos los gastos del hogar, por eso ella prefiere apoyarla con un poco de dinero de lo que vende en periódicos.
Marcelina no recibe ningún apoyo de Gobierno y aun no puede ingresar al programa de 65 y más por su edad, y aunque sus hijos la apoyan algunas veces, todos tienen familia y también son de escasos recursos.
APOYO ALIMENTICIO Y UNA SILLA
DE RUEDAS SOLICITA DOÑA MARCELINA
La señora comenta que el dinero que reúne con la venta de periódico le ayuda a comprar artículos de primera necesidad o alimento, pero requiere de apoyo para poder tener una mejor calidad de vida.
Debido a las distancias que recorre en su silla de ruedas, comenta que se encuentra muy deteriorada, pues hace seis años que la utiliza de esta manera, por esta razón solicita el apoyo de las autoridades o de la ciudadanía para tener una silla en mejor estado.
