diciembre 12, 2024
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Memorias de Ciudad Victoria ‘chiquita’

abril 22, 2016 | 266 vistas

Carla Ramírez

Con una emotiva remembranza que evocaron nueve mujeres destacadas en la comunidad, se conmemoró el 191 Aniversario de la Capitalidad de Ciudad Victoria, perla de concha de Sierra Oriental.

La proyección arrancó con la entrevista a María Isabel Arreola de Avilés, quien inició recodando unas líneas que escribió Lupita de Ramírez, hija adoptiva de esta Ciudad Capital: “Quiero a Victoria chiquita, no quiero verla crecer, con sus costumbres tan limpias como el agua de beber”.

La licenciada Marisa Avilés de Arreola tuvo la iniciativa de realizar este proyecto, donde entrevistó a nueve mujeres que por su trayectoria y labor altruista han sido ejemplo en la comunidad victorense; fue un trabajo arduo, pero muy satisfactorio, pues el resultado fue todo un éxito. Lágrimas, risas y suspiros fue lo que el público vivió durante la presentación del documental “Andar por Victoria”.

Las mujeres que participaron fueron: la profesora Ema Montemayor Rodríguez, profesora Zélide Saeb de Dávila, licenciada Eustalia Turrubiates, señora Nelly R. Velázquez, señora Feliza Licona de Higuera, profesora María Isabel Arreola de Avilés, señora Lupemaría de la Garza de Pedraza, señora Luisa Martina Montemayor de Lavín y la inolvidable señora María de los Ángeles Guillén de Haces.

Durante el documental recordaron a la ciudad pequeña, aquella de pocas calles pavimentadas, con unas cuantas cuadras  ocupadas, donde todos los habitantes se conocían, dicen ‘éramos como una gran familia’.

“De Carrera Torres hacia el norte estaba completamente solo, había sembradíos, llegaba por el sur hasta el río, al poniente terminaba en el panteón del Cero Morelos y en el 23 con la Central de los Ferrocarriles”, aludió la profesora María Isabel Arreola de Avilés.

Hicieron mención de las obras en beneficio de la comunidad que cada una de ellas encabezó, de los eventos estatales y nacionales en los que participaron, de las costumbres de las familias, de la educación que recibieron y sobre todo del respeto y entusiasmo con el que se hacían las cosas.

 

“Allá en la ‘prehistoria’ (en los años 40) cuando yo iba a la primaria, los exámenes eran orales, iba hasta el Presidente Municipal, nos parábamos al frente de aquellos sinodales para presentar nuestros exámenes finales y creo que fue una gran escuela porque aprendíamos mucho y perdíamos el miedo”, comentó Arreola de Avilés, quien también fungió como apuntador para la realización de este documental.

 

Teatro Juárez

También hablaron sobre los importantes cambios que ha tenido la Ciudad, especialmente recordaron al Teatro Juárez, que fue testigo de su infancia y adolescencia. Los fines de semana todos los pequeños corrían después de misa a la matinee y con su “domingo” de un peso, les alcanzaba para comprar palomitas, refresco y dulces.

“Eso es algo en verdad muy ligado en nuestra infancia y nuestra adolescencia porque íbamos al cine; era un teatro precioso, con balconería, plataformas, ahí se presentaban muy buenas obras y artistas nacionales. Todos nos acordamos de aquel señor con su canasto, que vendía los mejores chocolates y los tamarindos chinos, que ahí los conocimos. Lo recordamos mucho (Teatro Juárez), lo hemos sentido, yo creo que todavía lo lamentamos, aunque pues nuestro Palacio de Gobierno majestuoso ahí está”, externo la profesora Zélide Saeb de Dávila.

 

 

Inolvidable mujer

En el emotivo evento recordaron con cariño a María de los Ángeles Guillén de Haces como una mujer bella, de preciosos ojos azules, que en su momento fue candidata a reina de la Cruz Roja; pero quien además fuera aún más hermosa por su humanidad y amor por lo demás, por su alegría, tranquilidad y felicidad.

“Ella siempre, inclusive en momentos difíciles, era alegre y feliz; y es que ella decía que cuando la cosa estaba difícil o tenía que irse o totalmente a la derecha o totalmente a la izquierda, y echarse de enemigos a los que estaban en la otra orilla, decía ella: ‘yo me voy por en medio’, siempre lo hizo así y siempre cosechó el cariño y la admiración del de la derecha y del de la izquierda. Ojalá lo lográramos algunos”, detalló la profesora María Isabel.

A María de los Ángeles la conmemoraron por la ciudadana ejemplar que fue, por ser una destacada artista y admirable madre de familia, pues siempre cosechó grandes amistades, que en este evento la recordaron con mucho afecto.

Es así como los presentes disfrutaron de las memorias de una Ciudad que con el paso del tiempo ha tenido transformaciones, pero que su esencia no la ha perdido, pues en ella habita gente generosa, gente que sabe mirar a la cara, pero sobre todo hospitalaria, donde siempre se puede encontrar una mano amiga.

 

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