junio 30, 2024
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abril 25, 2016 | 119 vistas

Paoletti Rodríguez

Con 27 años de edad Dora María Franco Villarreal tiene el peso de un niño de ocho años, y es que con el paso del tiempo y ante la falta de recursos económicos para atender su enfermedad de diabetes como debería hacerlo, su salud ha ido empeorando.

La joven, con la apariencia de una adolescente, nos cuenta que fue hace ya diez años cuando le diagnosticaron este padecimiento, el cual es denominado diabetes tipo uno, diabetes juvenil o también denominada diabetes mellitus insulino dependiente.

Dora y su familia son de escasos recursos, por lo tanto desde que le diagnosticaron esta enfermedad no ha podido tratarse como debería, por lo que su salud ha ido empeorando, ha perdido casi 40 kilos, lo que le ha provocado una severa anemia.

“Me lo diagnosticaron hace diez años pero no tengo dinero para comprar el medicamento o para llevar el tratamiento que debería, por eso mi salud ha ido empeorando cada día más, no siempre puedo tener insulina y me siento muy mal, además me acaban de diagnosticar anemia”, detalló.

Las personas diagnosticadas con este tipo de diabetes generalmente son niños, adolescentes y adultos jóvenes, quienes requieren de insulina para poder seguir viviendo.

 

SU SALUD SE HA DETERIORADO CONSIDERABLEMENTE

Con muchas esperanzas de salir adelante, la joven  tiene la apariencia y cuerpo de una niña, pues apenas sobrepasa los 20 kilos debido a lo avanzado de su enfermedad y una fuerte anemia que esto le ha provocado, su piel está reseca y en su cara se aprecian los estragos de la diabetes.

Dora requiere de dos dosis de insulina diaria para poder seguir viviendo, una en la mañana y otra en la noche; sin embargo es complicado poder llevar el tratamiento correctamente, pues aunque cuenta con el Seguro Popular, en ocasiones no tienen ahí el medicamento que la joven necesita.

Cuando esto sucede, expresó que debe comprar ella su medicamento, el cual tiene un costo de 600 pesos y tan solo le dura para tres días, cantidad que intenta reunir pidiendo limosna en el exterior de la tienda Subodega ubicada en la colonia Libertad.

El dinero que reúne diariamente no solamente es para su medicamento, sino que también lo utilizan para solventar los gastos de su hogar, ya que vive junto a su madre de 58 años de edad que también tiene diabetes y su abuela de 83 años que se encuentra enferma.

 

ENTERARSE DE SU ENFERMEDAD, FUE UN DURO GOLPE

Dora tenía la ilusión de entrar a estudiar y terminar la preparatoria, sin embargo los doctores le detectaron esta enfermedad y su sueño se vio truncado por la falta de recursos para solventar ambas cosas.

Indicó que no logró entrar a la preparatoria porque no podía pagar los gastos de la escuela, además su enfermedad la fue debilitando al grado de no poder llevar una vida normal. “Quería entrar a la prepa pero ya no pude, porque fue cuando me diagnosticaron la enfermedad y somos de muy bajos recursos, ya no la pudimos pagar, porque se vinieron los gastos de la enfermedad”, expresó.

Señaló que ha buscado trabajo, pero en ningún lugar la contratan por su apariencia y su enfermedad, así que cada día es una lucha constante para salir adelante y las carencias económicas a las que se enfrentan, porque afirma que no les alcanza ni para la insulina, ni para comer.

“Yo estudiaba la preparatoria en Monterrey, me mudé con mi hermano que vive allá pero poco a poco mi salud se deterioraba, mi peso disminuyó, en las tardes me dolía la cabeza y por las mañanas no soportaba el sueño, además de la sed aun cuando tomara líquidos constantemente”, explicó.

Posteriormente se enteró de su padecimiento y le dijeron que tendría que aplicarse a diario dos dosis de insulina para poder seguir viviendo, lo cual fue una gran sorpresa para su familia pues no contaban con recursos económicos suficientes para atenderla.

Los síntomas de la diabetes tipo uno pueden ser; aumento de sed y hambre, necesidad de orinar frecuente, pérdida de peso, visión borrosa, sensación de mucho cansancio. Las personas con diabetes tipo uno pueden presentar problemas como: infecciones en la piel, encías o vejiga, cicatrización de lastimaduras o moretones más lenta que lo habitual, hormigueo o adormecimiento de las extremidades.

 

LA JOVEN PIDE EL APOYO

DE LA SOCIEDAD PARA SEGUIR VIVIENDO

Dora hizo el llamado a la sociedad y a las autoridades para que la ayuden a seguir viviendo y tener una vida normal, pues lo que reúne pidiendo dinero por las calles no es suficiente para comprar su insulina, ni para alimentarse adecuadamente como lo requiere la enfermedad.

Asimismo, comenta que quiere terminar la preparatoria y obtener un trabajo que le ayude a subsistir y apoyar en los gastos del hogar. Dentro de las cosas que necesita son:

-dosis de insulina

-pañales (etapa extra grande de bebé)

-productos de despensa

– o de ser posible recurso económico

Si usted desea ayudar a Dora a mejorar su salud y tener una vida digna, puede comunicarse al número (834) 179 79 84 o visitarla en la calle Ciudad Mier, Manzana 2, Lote 49 de la colonia J. López Portillo.

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