CIUDAD DE MÉXICO.- Luego de un año de permanecer en las gavetas del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México como desconocida, el cuerpo de Ángela fue sepultado en un panteón, con lo que se evitó fuera a la fosa común.
Edgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Cuidad de México, encabezó este lunes el acto de inhumación del cuerpo de la menor en el panteón San Isidro.
El cuerpo de Ángela fue encontrado el 23 marzo de 2015, en la calle de Berlín, colonia Juárez, en la Zona Rosa, dentro de una maleta, y desde entonces nadie lo reclamó.
Como parte de las investigaciones, las autoridades de la capital buscaron en los registros civiles del país, así como en las denuncias de menores extraviados con características similares a las de Ángela.
En su momento, el magistrado Elías Azar aseguró que se iban a agotar las investigaciones para identificar a la menor y aseguró que las autoridades evitarían que esta infante fuera enviada a la fosa común.
En el Instituto de Ciencias Forenses, la niña fue nombrada Ángela, y según los exámenes que le practicaron, su edad era de entre 18 y 24 meses y la causa de muerte fue traumatismo cráneo cervical, con indicios de agresión.
Para evitar que fuera enviada a la fosa común, el Tribunal Superior de Justicia adquirió, con recursos propios, una fosa especial en el panteón San Isidro, donde hoy quedaron depositados los restos de la menor.
Ahí, el presidente del Tribunal aseguró que el caso de Ángela es representativo, pues ella como muchos otros niños y niñas, no tuvo la suerte y encontró en el mundo un ambiente hostil.
Dijo que Ángela será pensada como una niña que mereció una vida plena y el goce de sus derechos como persona, pero ahora dentro de su fragilidad se levanta como un gigante que mueve y conmueve para llamar la atención hacia los niños.
«Ellos y ellas, como Ángela, no merecen perder su oportunidad por errores o actos criminales de adultos que no tienen perdón», señaló.
