Samantha Rocha
La felicidad de un niño es uno de los sentimientos más puros que existen, capaz de iluminar y contagiar a su paso los corazones de las personas incluso en momentos difíciles, cuando ves a un pequeño reír, es imposible no corresponder tan honesto gesto, pero provocar esa sonrisa, es una de las mayores satisfacciones que pueda experimentar un ser humano.
Por ello y con motivo de las actividades realizadas para conmemorar el Día del Niño, las maestras y todo el equipo que conforma una conocida guardería de la Ciudad, quisieron brindar a sus peques un día de diversión para consentirlos al máximo, pero sobretodo para ver dibujadas en sus caritas miles de sonrisas.
Tras varias semanas de arduo trabajo, pero con todo el amor, el mencionado recinto quedó totalmente transformado en un enorme circo que abriría sus puertas para llevar magia, juegos, baile y mucha alegría a cada uno de sus alumnos.
Al cruzar la carpa que conducía al escenario del circo, la magia comenzó, era inevitable ver los rostros de sorpresa en los chiquitines con la bonita decoración del lugar, mientras ansiosos esperaban en sus asientos que diera inicio la función.
Cuando el show comenzó, aparecieron diferentes personajes para entretener a los niños que no dejaban de aplaudir con emoción, desde divertidos payasos invitándolos a jugar, hábiles malabaristas, peculiares mimos, bellas bailarinas que cautivaron con sus coreografías, un asombroso mago e incluso un domador que en compañía de tres tiernos tigres hicieron increíbles trucos.
Para cerrar con broche de oro, les obsequiaron diferentes juguetes además muchas golosinas como algodón de azúcar y palomitas.
Fue una mañana que seguramente dejará hermosos recuerdos en la memoria de cada uno de los pequeños, organizada con todo el cariño pensando siempre en promover el aprendizaje mediante el juego como nos lo compartió la directora del plantel Edith González.
