Samantha Rocha
Una tarde fresca como las que pocas veces se dejan sentir en nuestra Ciudad, el cielo estaba teñido de un azul brillante adornado con centellas luminosas, simplemente el cuadro perfecto para vivir una tarde de tranquilidad con el tesoro más grande que puede poseer una persona; la familia.
Así pasó su velada la familia López Blanco el pasado martes tres de mayo, con el único propósito de celebrar la unidad, el amor y la dicha de estar juntos, además consintieron a los integrantes más pequeñitos de la familia, quienes iluminan todos los días cada rincón de su casa.
Sentados en el bello jardín, viajaron en el tiempo recordando viejas anécdotas; como cuando colocaron el primer ladrillo para formar el hermoso hogar que ahora tienen, travesuras de infancia, algunos corazones rotos, viajes y principalmente los triunfos que han cosechado individualmente pero ayudándose como el maravilloso equipo que son.
Para darle vida a la bonita convivencia, bailaron al ritmo de tradicionales huapangos y disfrutaron una deliciosa carne asada con todo el sabor del norte.
Margarita Blanco, orgullosa madre, abuela y esposa, nos compartió que siempre trata de mantener fuertes los lazos que unen a su familia, por lo que semana a semana organiza diferentes actividades para divertirse juntos, como ir al cine los jueves, viernes de pizza y juegos de mesa o los sábados de karaoke, ya que todos tienen el gusto por la música y pasan horas interpretando melodías de todo tipo con la alegría que los caracteriza.
Ellos son un ejemplo de que para celebrar no se requiere una fecha especial sino simplemente las ganas de pasar un momento agradable en compañía de tus seres queridos.
