noviembre 29, 2024
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mayo 7, 2016 | 370 vistas

Paoletti Rodríguez

 

Por la necesidad de sacar adelante a sus hijos, la señora María de Jesús Delgadillo Santana llegó al Mercado Argüelles en 1965 para vender comida, con tan solo un pequeño espacio que le prestaba un comerciante emprendió su propio negocio.

Apenas van a cumplir dos meses el próximo 16 de mayo de que Doña Mary falleció a causa de una enfermedad, con 76 años de edad, ella todavía estaba diariamente en su local atendiendo siempre con una gran sonrisa, acompañada de toda su familia.

Su hija María Magdalena Mendoza Delgadillo, nos cuenta la historia de su madre aún con una notoria tristeza por la reciente pérdida de quien le dio el mejor ejemplo de vida para salir adelante a pesar de las adversidades a las que se enfrentaban.

La historia comienza en 1965 cuando Doña Mary llegó a este mercado con tres hijos que mantener y muchas ganas de trabajar, fue en un local de licuados que le dieron la oportunidad de instalarse, ahí vendía enchiladas, gorditas y tostadas que preparaba en su casa.

“Ella llegó aquí en el 1965 y llegó a la planta de abajo, ahí en el área central del mercado se ponía, vendía enchiladas, gorditas, tostadas, ahí le daban permiso de ponerse en un local de licuados llamado ‘El Maistro’, y así fue como comenzó todo”, relató.

Comenta que su mamá acudía con ella y otros dos hermanos al mercado para vender, siempre fue muy responsable de sus hijos y al no tener nadie que la apoyara, hizo lo posible para salir adelante y sin descuidarlos.

Fueron tres años de mucho trabajo y esfuerzo para que Doña Mary pudiera conseguir un local en la planta alta, los locatarios se unieron para que ella recibiera un espacio en aquella zona del mercado, donde se encontraban otros restaurantes.

En 1968 se instaló en su propio local, a base de mucho esfuerzo lograr tener el éxito que ahora tienen y muchas familias acuden diariamente a comer, pero se requiere mucho trabajo diario para que el negocio siga prosperando.

“Posteriormente los mismos locatarios pidieron que la subieran a una cocina, y fue la manera en que ella pudo obtener una cocina, cuando inició acá arriba fue en el 68, fueron tres años batalló allá abajo, no tenía local propio ella iba y venía de su casa vivíamos por atrás del paseo Méndez”, dijo.

Toda la familia se involucra en el negocio

Los 12 hijos de María de Jesús crecieron en el mercado mientras que su madre trabajaba para conseguir el sustento del hogar, ella nunca respetó la “cuarentena” pues al día siguiente del nacimiento de sus hijos hay se encontraba trabajando, ante la necesidad de sacarlos adelante.

La mujer era originaria de Guadalajara, llegó con sus padres a Victoria cuando era joven y posteriormente conoció al padre de sus hijos, sin embargo fue padre y madre para los 12, anteriormente trabajó en un restaurante ubicado frente a la plaza del Ocho.

Nos dice que ella sabía cocinar de todo, enseñanzas que le quedaron de su mamá y tías, posteriormente lo inculcó a todas sus hijas quienes ahora se encargan del negocio.

Al principio contaban hasta con siete locales, pero después el trabajo era tanto que decidió donar uno de ellos al mercado y otro a una señora de escasos recursos para que pusiera su negocio, afirma que siempre fue muy generosa y le gustaba ayudar a la gente.

“Ella donó un local, todos éramos chicos y la verdad era mucho trabajo porque hizo clientela muy rápido porque era quien tenía más variedad de alimentos y la gente eso buscaba y la seguían mucho tenía mucha clientela todos estábamos chicos”, mencionó.

Al principio contaba con personal que la apoyaba para atender a todos los clientes que la visitaban, cuando sus hijos crecieron y se casaron, conforme fueron teniendo la necesidad de trabajar, se acercaron al local para sumarse a este negocio familiar.

“Ella siempre fue una persona muy responsable porque yo soy de las mayores y nunca se deslindó de ayudarme aunque yo ya me hubiese casado, tuviera hijos y todo y así con todos ella vio por nosotros, después hasta por los nietos y bisnietos”, señaló.

La señora María tiene 25 nietos y siete bisnietos, todos se involucran en el negocio, incluso comenta que en ocasiones están todos reunidos en el local apoyando en lo que se necesite.

“Todos los nietos están aquí siempre vienen, vienen a reunirse, todos los que traen a sus hijos es porque vienen a trabajar, mi hijo el mayor aquí trabaja, somos pura familia, solo una señora que nos viene a abrir el negocio es la única pero los demás somos hijos, nietos”, agregó.

Mantienen las tradiciones de su mamá.

Indicó que este año no subieron el precio de la comida como lo hacen normalmente y es que han procurado no afectar tanto la economía de quienes visitan el lugar.

“Nosotros nos estamos manteniendo en los precios, no tiene mucho que ella se deslindó porque se enfermó y no podía trabajar, ya tiene medio año que seguimos con los mismos precios aunque tenemos la costumbre de que cada año lo cambiamos”, explicó.

Su mamá mantenía un lema “No podemos decirle al cliente que no”, esto porque tenían al alcance todo para preparar los alimentos, comenta que todo lo que viene en el menú lo tiene, y si no hay los ingredientes acuden a los puestos del mercado para conseguirlo.

“Todos los días todo lo que está en el menú todo lo tenemos, mi mamá tenía un lema no podemos decirle no hay porque estamos en un mercado donde todo encuentras, entonces tan sencillo no tienes un ingrediente vas y lo consigues, todo lo demás los guisados van saliendo ahorita”, detalló.

Diariamente se hacen los guisos que la gente pide, desde temprana hora y a lo largo del día van cocinando para atender a la gente de acuerdo a sus gustos.

“Todos los días se hacen las verduras al vapor, se guisa todo a veces que la señora que nos ayuda no puede venir, dejamos la mayor parte de los guisos ya listo para en la mañana calentar, de otra manera estamos del diario en las mañanas guisando, excepto el menudo que es el que tarda más”, comentó.

Expresó que su mamá les enseñó muchos valores, tanto a sus hijos, nietos y bisnietos, quienes saben tratar a las personas con respeto tal y como lo hacía Doña Mary, sobre todo la amabilidad hacia los clientes y por esto han tenido tanto éxito por mucho tiempo.

“Ella nos enseñó muchos valores y a ser respetuosa, ella era muy estricta a pesar de que fue una persona muy trabajadora y humilde, antes de vernos vio a sus hermanos los sacó adelante, fue siempre muy estricta con nosotros siempre hablaba con respeto a todos”, relató.

La crisis económica que existe en la localidad y sobre todo la mala situación que ha pegado especialmente a este mercado Argüelles afirma que les ha traído inconvenientes, pero si la gente no acude a consumir ellos buscan la forma de vender.

“Sí nos ha pegado pero nunca hemos dejado de luchar, no bajamos la guardia, nosotros cuando no tenemos ventas, cuando no vienen los clientes, nosotros mandamos la comida a venderla abajo o hasta el centro, pero si claro que nos pega la mala economía de aquí nos mantenemos toda la familia”, finalizó.

 

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