diciembre 12, 2024
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mayo 8, 2016 | 105 vistas

PARÍS, Francia, mayo 7 (AP)

El presidente menos popular de la historia moderna de Francia, François Hollande, prepara el terreno para una posible reelección, pese a que sus bases de izquierda están en una revuelta abierta, los jóvenes se enfrentan con la policía casi cada noche y Francia cumple seis meses en estado de emergencia.

Sin embargo, la nueva misión de Hollande es tratar de convencer a los franceses de que “las cosas están mejorando”.

Un crítico lo comparó con tratar de salvar el Titanic, pero los seguidores de Hollande están contando con destellos de buenas noticias económicas para recuperar la confianza de los votantes de izquierda que lo llevaron al cargo.

El Gobierno fijó esta semana las fechas para la próxima elección, con rondas el 23 de abril y siete de mayo de 2017. El presidente socialista, de 61 años de edad y que llegó al poder en 2012, no ha anunciado formalmente su intención de postularse, pero hay cada vez más indicios de que Hollande ya está en modo de campaña.

Desde el principio el mandato de Hollande se ha visto empañado por una alta tasa de desempleo, una economía estancada y un aumento de los impuestos. Hace dos años, el gobierno adoptó una política más favorable a los negocios que provocó protestas entre la extrema izquierda, incluso de algunas de las principales figuras socialistas.

El gobierno pasa ahora momentos difíciles mientras trata de defender una reforma laboral que ha provocado protestas en toda Francia, pero Hollande y su entorno repiten que “las cosas están mejorando”.

“Hemos tenido que modernizar al país para asegurarle su lugar en un mundo globalizado”, dijo Hollande en un discurso esta semana con el objetivo de defender su récord de izquierda.

Muchos de sus críticos, tanto de la izquierda como de la derecha, han señalado que el gobierno ha sido incapaz de implementar una importante reforma económica. “Los cambios importantes se obtienen a través… de reformas graduales”, respondió Hollande.

En las últimas semanas, el Gobierno anunció medidas populares: un bono anual de 800 euros (920 dólares) para los maestros de primaria y aumentos de salarios a todos los funcionarios públicos. Hollande también ha indicado que podrían bajar los impuestos el año próximo para los hogares de bajos ingresos.

“Espero y creo que François Hollande será candidato”, declaró el miércoles el presidente del grupo socialista en el Senado, Didier Guillaume, a la televisora LCI.

Encuestas recientes muestran que la mayoría de los franceses no quieren que Hollande se postule otra vez y su nivel de aceptación permanece por debajo del 20 por ciento.

Mientras tanto, Marine Le Pen, de la extrema derecha, parece estar en posición para calificar para la segunda ronda de elección presidencial, que será entre los dos candidatos con más votos en la primera ronda.

El expresidente Nicolas Sarkozy no ha anunciado oficialmente su candidatura, pero no esconde su intención de postularse.

 

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