Paoletti Rodríguez
Aldo Ortiz Reyes ha tenido la oportunidad de dedicarse a una de sus más grandes pasiones, el arte, además de destacar con su talento tanto de manera local e incluso internacional dentro de sus más recientes proyectos. La pintura y la fotografía son sus más grandes pasiones, al igual que la biología, actividades que también ha podido realizar plenamente.
A sus 32 años ha tenido la oportunidad de llevar a cabo muchos proyectos satisfactoriamente, es originario de Ciudad Victoria, dentro del área artística se desenvuelve en la pintura, el dibujo y la fotografía, lo cual combina con su profesión, la biología.
Desde su infancia Aldo demostró su gusto por el arte y la pintura, lo cual era algo natural que después fuera perfeccionando por medio de cursos. Comenta que cuando iba a la escuela y la clase era aburrida, comenzaba a dibujar para distraerse, pues esta actividad lo relaja.
Fue en el jardín de niños cuando ganó su primer premio en un concurso donde obtuvo primer lugar a nivel regional y a partir de ahí fue desarrollando más habilidades en esta actividad; “siempre dibujaba cuando era niño, me gustaban los dinosaurios y en el kínder participé en un concurso y gané a nivel regional en victoria y a partir de ahí siempre seguí dibujando”.
A la edad de ocho años ingresó a la Casa del Arte, donde tomó clases con el maestro Emilio Rodríguez Montantes hasta 1999, después su aprendizaje lo desarrolló por medio de la práctica, leyendo y experimentando.
Ha obtenido 28 premios en concursos de dibujo o pintura a nivel local, estatal y nacional, destacando una mención honorífica en el concurso nacional -Pintemos un México con Equidad- convocado por la Conapo y la Unfpa en 2006, posteriormente en el concurso “México Codo a codo por la equidad” convocado por las mismas instituciones, obtuvo un primer lugar a nivel nacional. Ambos premios contaron con una exposición en la sala Manuel Ponce del Museo Nacional de Bellas Artes. Asimismo ha participado en 23 exposiciones, siendo 20 colectivas y tres de forma individual.
TAMBIÉN LE APASIONA LA FOTOGRAFÍA Y LA BIOLOGÍA
El gusto por la fotografía siempre lo tuvo pero hasta el 2007 logró comprar una cámara profesional para desarrollar habilidades en esta actividad.
“A partir de ahí me he dedicado a la fotografía, antes hacía más fotografía de naturaleza por mi trabajo de biólogo, y lo hacía con plantas, animales, flores, y ya posteriormente empecé a hacerlo con gente, tengo más o menos nueve años”, señaló.
En este ámbito ha participado en dos exposiciones del Festival de la Mariposa Monarca y ganó la última edición en diciembre 2015, también tiene un segundo lugar en un concurso a nivel estatal que organizó “vida silvestre” sobre video documental, donde aplicó algunas técnicas de fotografía.
“He participado en otras cinco exposiciones pictóricas, incluyendo la de Todos Pintamos Tamaulipas que ha estado en Victoria, Reynosa, México, Tampico y actualmente en Matamoros”, detalló.
Además Aldo se preparó profesionalmente hasta convertirse en biólogo, otra de las cosas que le apasiona, en este ámbito realizó un inventario de fauna en la ampliación de la Cuenca de Burgos.
A pesar de poder dedicar un poco de tiempo a sus aficiones, señala que a veces lo domina su lado artístico, aunque poder desarrollar todas es una gran satisfacción; “soy muy variable, hay veces que tengo ganas de encerrarme y ponerme a pintar, tomar un modelo y dibujar y crear una composición y hay veces que me dan ganas de salir al campo y hacer anotaciones, ver cómo se comporta la naturaleza”.
SUS SATISFACCIONES
Las satisfacciones que ha recibido al desarrollar la pintura expresa que no son cuantificables porque pinta para sentirse bien (enriquecer el alma), para expresar lo que siente, para crear o para hablar de un tema que le preocupa o interesa.
“También hago pintura comercial, es decir, si alguien me encargó un cuadro, un retrato o un paisaje, ahí la recompensa fuera de lo económico, es que la persona se sienta satisfecha con el trabajo que he realizado”, expuso.
Si tuviera la oportunidad optaría por vivir del arte, pero esto es difícil en Tamaulipas, porque no hay mercado para el arte, ya que dice hay que tener muy buenos contactos para vivir de ello o vivir muy raquíticamente, “aunque hay periodos en los cuales he vivido del arte, la verdad es que no vives, sobrevives nada más”.
Agregó que existe una serie de problemas, entre otros el no ser un artista “comercial” impide vivir de ello, aunado a la casi inexistente cultura del arte y comercio del mismo en la ciudad (en el estado en general).
“Para las personas que nos dedicamos a crear arte, la situación económica es siempre complicada, porque el arte no está dentro de la canasta básica, el arte muchas veces es un lujo, sólo algunos cuantos artistas logran la fama que permite vivir holgadamente, y eso tiene que ver más con cuestiones de mercado que con el arte en sí, el grueso de la población consume arte de forma ocasional. Invito al público en general a consumir algo de arte, ya sea contemplándolo o ejecutándolo, de esta forma ayudan al sector artístico de la ciudad a desarrollarse e incrementarán la sensibilidad propia, los cual a todos nos hace, mejores seres humanos”, dijo.
PROYECTO ARTEVIAJANTES
A principios del 2015 logró realizar una de sus más grandes inquietudes, conocer el subcontinente sudamericano, este sueño existía desde su niñez al leer acerca de los incas, andes, la Amazonia y otros lugares con historias que le parecían increíbles.
“Surgió tal vez mirando las fotografías de esas maravillas naturales y su gente. Ya conocía un poco, porque hace algunos años viví en Brasil un par de años y pude conocer algo de ese gran país y de Bolivia que había visitado en dos ocasiones, pero el resto del continente aún quedaba pendiente”, expuso.
Por esto le propuso a una amiga realizar este viaje y ella se animó; “De esta forma nos atrevimos a comprar los boletos de avión y pues ya no había vuelta atrás. Por la holgura de mis horarios a mí me correspondió realizar el planeamiento del itinerario y establecer contactos en los lugares que pasaríamos”.
El proyecto pudo ser autofinanciado con sus ahorros, con el trabajo del arte callejero (madonnari) y lanzaron una campaña de recaudación de fondos donde recibieron el apoyo principalmente de sus amistades cercanas.
“El gesto solidario de estas personas nos conmovió y nos dio mucho de fe en la fraternidad entre los seres humanos, también en el camino fuimos conociendo gente que eventualmente nos apoyó con hospedaje y a veces con alimentación, por ejemplo en Chile, en Argentina o en Ecuador. Esto era parte de los objetivos del viaje, probar la fraternidad entre los hermanos latinoamericanos”, expresó.
Este proyecto consistía en la elaboración de madonnari, que son dibujos con tiza sobre el sueño, así que realizaban obras donde se mostrara la cultura mexicana mezclada con elementos de la cultura local, lo realizaban en lugares públicos donde la gente pudiera observarlos y los que deseaban cooperaban algo contribuyendo así al proyecto.
Agregó que en algunos lugares la cooperación era muy pequeña y en otros era bastante buena, dependía de la situación económica del país, lo que considera muy interesante; “Se pone a disposición del ciudadano común y en la calle una obra de arte que es llamativa, ver cómo se congregan gente de todas las clases sociales a admirar la obra, recibir críticas y halagos es siempre algo que alimenta el ego del artista y le brinda ánimos para seguirse esforzando y mejorando”.
“Fue muy padre, la gente mostrando una solidaridad latinoamericana que de sólo recordarla hace que el corazón se apriete de emoción. El punto mas austral que tocamos fue Esquel, donde nos recibieron unos amigos que conocimos en México en 2013, nuestro plan era llegar hasta Ushuaia y hacer una obra por allá, pero no alcanzamos a llegar por falta de presupuesto, nos quedamos a poco más de mil kilómetros de distancia.”
En Perú señala que para pintar en las calles era muy complicado, porque había que solicitar permiso al municipio, y eso demoraba mucho el proceso, en lugares como en Chile cooperaban y reconocían a los personajes mexicanos que pintaban, incluso se emocionaban de saber que eran mexicanos y querían que cantaran una ranchera.
El viaje lo realizaron de enero a julio del 2015; “Al final de proyecto recorrimos ocho países y más de 20 mil kilómetros, hicimos buenos amigos con los que aún tengo contacto y conocimos algunos de los lugares más increíbles del continente, como el salar de Uyuni, las Cataratas del Iguazú, El Macchu Pichu, Buenos Aires, Valdivia o los andes ecuatorianos. El viaje nos sirvió también para identificar situaciones comunes, valorizar lo que tenemos en nuestro país y también lo que nos falta o hemos perdido”, expresó.
Pueden leer más al respecto del viaje en http://arteviajantes.blogspot.mx
PARTICIPARÁ EN ITALIA REPRESENTANDO A MÉXICO.
Nos plática que participó en el Festival Bella Via que se realiza en Monterrey, es la festividad más grande de madonnari en México y ganó su versión 2015. El tema era “Los antiguos mexicanos”, un tema que le fascina, decidió participar con una fotografía que tomó en la sierra tarahumara, es una foto que se llama “Sonrisas de la Sierra Tarahumara”. Ya era la cuarta vez que participaba en el concurso y aunque había ganado un premio en otra ocasión ahora ganó el primer lugar.
Con esto logró obtener la oportunidad de representar a México en el Festival Madonnari de Nocera Superiore en Italia, que expresa es una gran oportunidad para continuar con su proyecto de arteviajantes.
“Para mí es una oportunidad muy grande, sería mi primera vez en Europa, me permitirá también darle continuidad al proyecto de arteviajantes y visitar algunos amigos que tengo por allá”, concluyó.