WASHINGTON, EU., mayo 10 (AP)
El enorme y prematuro incendio en la provincia canadiense de Alberta es tan solo el ejemplo más reciente de la situación climática del planeta, que se ha calentado y tiene un clima más extremoso.
A principios del año, incendios forestales masivos azotaron sitios en lugares a gran distancia uno de otro: Tasmania y la región de Oklahoma-Kansas en Estados Unidos. El año pasado, Alaska y California alcanzaron los cuatro millones de hectáreas (diez millones de acres) de terreno quemado, un récord. Los grandes incendios también se presentaron en Siberia, Mongolia y China en 2015, y durante las últimas tres décadas, la temporada de incendios en Brasil ha crecido un mes.
La situación fue tan grave que en 2009, Australia añadió la categoría “catastrófico” color rojo brillante a su alerta de incendios.
“Entre más cálido está, tenemos más incendios”, dijo Mike Flannigan, profesor de incendios forestales en la Universidad de Alberta.
La semana pasada, las temperaturas se ubicaron en unos 35 grados Celsius (90 Fahrenheit) en Alberta, algo inusual para el mes de mayo en el norte de Canadá.
Sin embargo, el asunto no es tan simple. Muchos factores contribuyen al complejo incremento en los incendios grandes, aseguran Flannigan y varios expertos. Entre ellos se incluye el cambio climático, la manera en que las personas utilizan la tierra y los métodos de combate a incendios que dejan más combustibles –árboles y arbustos– para quemar.
Pero el que llama la atención es el de la temperatura, dijo Flannigan.
“Los incendios forestales de Alberta son un excelente ejemplo de que lo que estamos viendo cada vez más: el calentamiento significa que la nieve se derrite antes, la tierra y la vegetación se secan más temprano, y la temporada de incendios inicia antes de tiempo. Es una catástrofe”, dijo el científico climático Jonathan Overpeck, de la Universidad de Arizona, en un correo electrónico.
A nivel mundial, la longitud de la temporada de incendios aumentó casi 19 por ciento entre 1979 y 2013, de acuerdo al estudio de Mark Cochrane, profesor de ecología de incendios en la Universidad Estatal de South Dakota.
El fuego forestal se había incrementado constantemente, pero a finales de la década de 1990 e inicios de la de 2000, “repentinamente nos hemos visto azotados por muchos de estos incendios masivos que no podemos controlar”, dijo Cochrane.
En términos de superficie consumida, el total a nivel mundial podría ir en descenso debido a una mejoría en el combate del fuego, pero en Norteamérica y Siberia “los incendios han crecido bastante debido al calentamiento”, subrayó Park Williams, científico del clima y la ecología de la Universidad Columbia, en un correo electrónico. “Según mis cálculos, el calentamiento global es responsable de cerca de la mitad de dicho aumento”.
Para todo Estados Unidos, el promedio de los últimos diez años de hectáreas ha sido de más del doble al pasar de 1.2 millones de hectáreas (tres millones de acres) a mediados de la década de 1980, a 2.8 millones de hectáreas (siete millones de acres) en la actualidad, según un análisis de datos gubernamentales realizado por The Associated Press.
Doce años antes de que comenzara el incendio de la ciudad de Fort McMurray en el norte de Alberta, un estudio de Flannigan y de Andrew Weaver, científico climático de la Universidad de Victoria, reveló que “el cambio climático inducido por el hombre ha tenido una influencia detectable” en el dramático aumento de los incendios forestales en Canadá. Flannigan asegura que la superficie consumida en ese país se ha duplicado desde la década de 1970 “y creemos que se debe al cambio climático”.
“A nivel mundial estamos viendo más incendios, de mayor tamaño y más severos”, comentó Kevin Ryan, un científico jubilado del Servicio Forestal de Estados Unidos, y quien ahora es consultor de este tema y estuvo recientemente en Indonesia, donde hubo grandes incendios en 2015.
Los fuegos forestales en algunos lugares, como Indonesia y Canadá, son graves cuando se presenta un patrón de El Niño –un fenómeno climatológico en el que se calientan partes del Pacífico y que altera el clima mundial– debido a que dispara la sequía en esas regiones, detalló Ryan. En Indonesia, los cambios en el uso del suelo representan un factor más importante que el del clima, indicó.
Pero en el resto del mundo, se trata de temperatura y humedad, demasiado de una y muy poca de la otra, de acuerdo a los científicos. A medida que se calienta el aire, se vuelve “más eficaz para absorber la humedad de los combustibles”, lo que los hace más propensos a quemarse, comentó Flannigan. A eso hay que agregar los relámpagos. Un estudio reveló que los rayos aumentan en 12 por ciento con cada grado Celsius, y eso puede generar más incendios. Flannigan dijo que existe evidencia en Alberta de nubes de humo generadas por el fuego que a su vez provocaron cuando menos dos incendios más debido a los rayos.
A principios del año, un estudio de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos determinó que “el calentamiento global resulta en temporadas de incendios más largas. Pero otros factores, tales como la manera en que se combate el fuego y el uso de la tierra, dificultan atribuir científicamente incendios individuales y regionales al cambio climático, afirmaron otros expertos y también en el informe.
“Sin duda es un presagio de lo que vendrá”, dijo Weaver, quien ahora también es legislador del Partido Verde en el parlamento de British Columbia.