CANNES, Francia, mayo 12 (Agencias)
La actriz Julia Roberts se mostró tan sonriente como poco habladora en el Festival de Cannes, pero no dudó en rechazar la posibilidad de pasarse a la dirección del cine: “Conozco mis limitaciones intelectuales y los límites de mi paciencia”.
“Lo he considerado, me lo preguntan a menudo, pero no, porque conozco mis limitaciones intelectuales y los límites de mi paciencia, no puedo tener a más de cuatro personas durante una hora planteándome dudas”, afirmó la “mujer bonita” de Hollywood.
Y eso que Jodie Foster la animaba con ganas a que, como ella, se pase a la dirección.
Pero Roberts aseguró que hay muchas cosas que envidia no poder hacer, como dirigir, tocar el chelo o pintar.
“Pero en esta vida solo puedo admirarlos desde una pequeña distancia y dirigir se lo dejo a otros”, advirtió.
LA SONRISA DE LOS MILLONES
Roberts presentó, fuera de competición, el filme “Money Monster”, dirigido por Foster, y que protagoniza junto a George Clooney, y se convirtieron en la pareja más perseguida por los fotógrafos.
“¡Una sonrisa, Julia!”, era el grito más escuchado en el Palacio de Festivales de Cannes, al que la actriz llegó con pantalones y chaleco grises con raya diplomática y camisa blanca.
Y, para no decepcionar a nadie, con una sonrisa que no desapareció un instante de su rostro.
Pero al mismo tiempo, cedió gustosa el protagonismo a su compañero de reparto y amigo George Clooney, que acaparó la rueda de prensa de presentación del filme.