noviembre 24, 2024
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mayo 14, 2016 | 184 vistas

Samantha Rocha

 

Quién no recuerda esa emoción que se sentía en el estómago cuando estabas a punto de cumplir años, podías pasar incluso la noche en vela pensando en los enormes regalos envueltos en papeles multicolor que recibirías, imaginando las sorpresas que tus papás prepararían con mucho amor solo para ti y sobretodo las horas de diversión que disfrutarías durante tu fiesta.

Estos recuerdos fueron una realidad para el pequeño Jonathan Mendoza Escobar quien en recientes fechas celebró su cumpleaños número seis y lo hizo de una manera muy especial, rodeado con el cariño de sus padres Karen Escobar y Alejandro Mendoza, su amorosa familia, así como amiguitos más cercanos, viviendo una tarde de bonita convivencia, juegos y mucha alegría.

El evento se llevó a cabo en un conocido salón de nuestra Ciudad donde todos los invitados además de celebrar con Jonathan esa fecha tan especial, tuvieron oportunidad de refrescarse en una enorme piscina la cual fue testigo de las más grandes aventuras y ocurrencias de los niños quienes se divirtieron por horas en el agua.

Algunos decidieron organizar competencias para ver quién era capaz de aguantar mayor tiempo la respiración bajo el agua, otros prefirieron formar equipos para jugar un partido de voleibol acuático y los más arriesgados optaron por lanzarse de los toboganes con increíbles piruetas salpicando todo a su alrededor.

Aunque fue difícil convencerlos de salir del agua, llegó el momento de cantar las mañanitas al festejado quien no paraba de sonreír por lo mucho que estaba disfrutando su fiesta, especialmente por la hermosa decoración alusiva a su película favorita “Cars”, pues los personajes de esta singular historia se encontraban por todo el lugar, desde los obsequios hasta el pastel que parecía una auténtica pista de carreras.

Los invitados más pequeños luchaban por ganar un lugar al lado de Jonathan para así poder ver más de cerca las chispas luminosas que salían de la velita, lo cual indicaba que el momento de saborear el delicioso pastel estaba muy cerca.

Más tarde el entusiasmo creció cuando los chiquitines formaron una fila esperando su turno de pegarle a la piñata, mientras cantaban alegremente, listos para correr y ganar la mayor cantidad de dulces posible cuando alguien lograra romperla.

Fue una tarde muy divertida que seguramente Jonathan recordará por mucho tiempo, pues sus seres queridos lo llenaron de mimos, regalos y todo su amor, ya que es un niño con gran nobleza y un corazón enorme, a quien le esperan muchas fiestas increíbles por vivir.

 

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