diciembre 14, 2024
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mayo 15, 2016 | 169 vistas

BRASILIA, Brasil, mayo 14 (AP)

El nuevo ministro de Hacienda brasileño se comprometió el viernes a incluso implementar reformas potencialmente polémicas de ser necesario para echar a andar la estancada economía del país, pese a que el presidente interino Michel Temer ha caído bajo un creciente aluvión de críticas por nombrar a un gabinete conformado completamente por hombres blancos.

Temer, el ex vicepresidente de Brasil, asumió temporalmente la presidencia el jueves después que el Senado votó a favor de iniciar un juicio político en contra de la mandataria Dilma Rousseff, la suspendió del cargo y destituyó abruptamente a casi todo su gabinete.

El político de 75 años ha prometido que sacar a Brasil de su peor recesión en décadas será su máxima prioridad, y la asignación de Henrique Meirelles, el ex presidente del Banco Central del país, fue bien recibida por el mercado financiero.

Se ha pronosticado que la economía se contraiga cerca de cuatro por ciento este año después de un 2015 igual de pésimo, y la inflación y el desempleo rondan el diez por ciento, un marcado declive luego de que el gigante sudamericano gozó por mucho tiempo de un crecimiento estelar.

Si bien Meirelles prometió incluso llegar a implementar reformas políticamente perjudiciales si su equipo las juzga necesarias -entre ellas un ajuste al oneroso sistema de pensiones brasileño, que permite que algunas personas se jubilen incluso en sus 50 y tantos años-, no ofreció mayores detalles.

En su primera conferencia de prensa, Meirelles enfatizó que aún no conoce plenamente la magnitud del problema financiero de Brasil y añadió que su equipo necesita tiempo para comprender la situación antes de proponer medidas concretas.

Meirelles presidió el Banco Central de 2003 a 2010, años de un amplio crecimiento económico que se apoyó más que nada en el auge de las materias primas. Se dijo preocupado sobre la extensión de la deuda pública, pero afirmó que confía en que las políticas correctas restaurarán la confianza, la inversión y el aumento en la generación de empleos.

“Esto puede suceder relativamente pronto”, dijo, pero aclaró que “no digo que serán seis meses o un mes o un año”.

Aunque Rousseff fue suspendida bajo acusaciones de que su gobierno usó recursos contables ilegales para ocultar enormes déficits en el presupuesto federal, la mayoría de los analistas cree que el desplome de la economía jugó un papel importante en su ruina. Rousseff considera las acusaciones un pretexto para dar un “golpe de Estado sin violencia”, y sostuvo que éstas fueron tramadas por enemigos hambrientos del poder al que no pudieron acceder por medio de las elecciones, y que están empeñados en desmantelar programas sociales que han ayudado a sacar a cerca de 35 millones de brasileños de la miseria.

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