NUEVA YORK, E. U., mayo 15 (AP)
No hay ninguna duda de que el zika va a llegar a Estados Unidos y el país ya está preparándose para hacer frente a los defectos de nacimiento y las polémicas en torno al aborto y los anticonceptivos, sobre todo en el sur, donde esos recursos no son tan comunes y donde abundan los mosquitos que transmiten el mal.
“Creo que es importante prepararse para tener conversaciones francas sobre los servicios relacionados con la salud reproductiva”, expresó Christine Curry, obstetra de la Universidad de Miami que ha estado atendiendo a mujeres alarmadas por la posibilidad de una infección de zika.
Estos temas ya están en el candelero en América Latina, epicentro de la epidemia de zika y donde el aborto es ilegal en varios países.
El zika es transmitido mayormente por el mosquito Aedes Aegypti, pero ese tipo de transmisión todavía no se ha visto en la parte continental de Estados Unidos, aunque sí en Puerto Rico y en otros dos territorios estadounidenses. El grueso de las 472 infecciones detectadas aquí involucra a personas que contrajeron el mal en otros países.
Sería la primera vez que el país enfrenta un brote de potenciales defectos de nacimiento generados por gérmenes propagados por los mosquitos y los expertos dicen que algo ocurrido a mitad del siglo pasado puede ser una buena referencia.
Estados Unidos sufrió un brote de rubéola, que, al igual que el zika, genera síntomas menores pero puede provocar terribles defectos de nacimiento en los bebés de mujeres infectadas. Tomó años producir una vacuna para la rubéola y, mientras tanto, muchas mujeres tuvieron que tomar decisiones difíciles, ya que los médicos estimaron que el 85 por ciento de las mujeres con rubéola tendrían bebés con grandes defectos.
“Con esa información, la mayoría de las mujeres decidieron poner fin al embarazo”, dijo el doctor Paul Offit, historiador médico y quien se dedicó a la investigación de vacunas.
Los expertos piensan que el mal puede empezar a propagarse a través de mosquitos en todo el país durante el verano boreal, a mitad de año, una temporada en la que la población de mosquitos se multiplica.