Samantha Rocha
“La mayoría de nosotros no tenemos más de cinco o seis personas que nos recuerdan. Los maestros tienen miles de personas que les recuerdan por el resto de sus vidas”.
Las palabras anteriores fueron pronunciadas por el famoso escritor Andy Rooney, las cuales no podían ser más acertadas, porque todos aún con el paso de los años, guardamos en nuestra memoria a aquellas valiosas personas que con paciencia y dedicación, nos transmitieron sus conocimientos para formarnos no sólo como estudiantes o profesionistas, sino como individuos con calidad humana.
Gracias a esto, cada quince de mayo es dedicado para celebrar a nuestros queridos profesores, lo cual se hace desde el año de 1918 cuando se conmemoró por primera vez en nuestro país el Día del Maestro, ante un decreto firmado por el entonces presidente Venustiano Carranza.
Pero además, en esta fecha nació San Juan Bautista de LaSalle, quien fuera un sacerdote y pedagogo francés que a través de innovadoras enseñanzas, dedicó su vida a la formación de maestros destinados a la educación de hijos de artesanos y de escasos recursos de su época, razón por la que fue declarado patrono universal de los educadores en 1950.
Por ello y para unirse a los festejos de tan importante fecha, se realizó la amena convivencia “Brindis, queso, pan y vino”, el pasado viernes trece de mayo, teniendo como prioridad la celebración de una ceremonia religiosa que se desarrolló en la Parroquia San Agustín de esta Ciudad, donde los maestros presentes recibieron la bendición de Dios para que continúe guiándolos en la noble labor que desempeñan diariamente.
Posteriormente se llevó a cabo un emotivo brindis, el cual se desarrolló entre amenas charlas, anécdotas de toda una vida dedicada a la docencia, los aprendizajes que también han adquirido de sus alumnos y compartir la dicha que los embarga ante cada triunfo de los mismos.
Sin duda un día no es suficiente para agradecerle a cada maestro por su tiempo, paciencia y grandes enseñanzas, pero si podemos dar lo mejor de nosotros a cada momento para que su esfuerzo se vea recompensado en grandes logros y metas alcanzadas.
