EJIDO LA MISIÓN, Tam.
En medio de un sofocante calor de 30 grados, Carlos Morris continúa su campaña, su caminar en la política, visitando a cada ciudadano del XIV distrito, que busca representar en el Congreso.
Su paso es firme, luce fuerte, y hoy sus zapatillas deportivas rojas, que le han acompañado desde el inicio de su campaña, recorrieron el Ejido La Misión, bajo un sol, que pese a ser castigador, no lo abandona y se ha convertido en un compañero más en su andar.
Son ya 378 kilómetros caminados en visitas a cada uno de los victorenses en sus hogares, en 36 colonias y 16 ejidos, y por ello, su calzado dibuja signos de fatiga. Pero no de Carlos.
Luce rojo su rostro, asoleado, pero no hay cansancio reflejado.
Aunque ha bajado de peso, asegura que se siente en buena forma y nada mejor que servir al pueblo victorense.
A su paso, su mirada es reacia a la fatiga, inquieta, ansiosa, buscando puertas de gente desconocida a quien ofrecer una sonrisa, un caluroso abrazo y su propuesta política; pelear por educación, progreso y la familia, desde el Congreso del Estado.
“Charly”, como le llaman sus amigos íntimos, es quizá, el político más nuevo de la historia capitalina; pero eso no lo frena, al contrario, él acelera aún más el paso.
Se entregó al servicio de las masas; a esclavizarse en el servicio de las sociedades; a servir. Y aquí está, acompañado de simpatizantes, a quienes considera su gente, su otra familia, recorren el ejido; un poblado de gente amable y trabajadora que le regresa la sonrisa y el abrazo; incluso, de simpatizantes de otras firmas políticas.
Una batucada lo acompaña, y pone ritmo y alegría en el ambiente, a tamborilazos y rimas que promueven su incansable trabajo.
La gente sale de sus casas; mira con extrañeza, y se adapta.
“Es Carlos Morris haciendo campaña, mamá”, se escucha una voz de infante en uno de los domicilios.
Carlos avanza a pasos acelerados sobre la tierra caliente, perdiéndose entre las cuadras, llegando a los hogares de la gente; saludando y ofreciéndose como propuesta.
Aquí no hay sudor, aquí no hay cansancio; aquí solo existe el visitar a más y más victorenses para escuchar sus propuestas y en base a eso, construir plataformas legislativas que encaminen y se conjuguen con el Gobierno, a servir a las familias tamaulipecas.
-¿Acaso no te cansas, Carlos Morris?- se le pregunta mientras avanza veloz con sus zapatillas rojas.
-El progreso y el desarrollo no deben tener descanso,- responde.