Rogelio Rodríguez Mendoza
Sandra Casar del Carmen, “Shira”, candidata del PRD a la presidencia municipal de Victoria, pidió a los victorenses que la frustración y desconfianza por quienes campaña tras campaña los han engañado con falsas promesas, la expresen en las urnas el cinco de junio votando por la fórmula perredista.
A quince días de la celebración de los comicios en Tamaulipas, la abanderada del “sol azteca” ha recibido incontables quejas y expresiones de molestia de la ciudadanía que demanda un cambio de gobierno municipal
Es por eso que “Shira”, con un lenguaje sencillo y claro, pide a los ciudadanos que el cinco de junio conviertan esa frustración en votos a favor de los candidatos del PRD, porque solo si la gente sale a votar será posible que se logre la alternancia en la capital del Estado.
La candidata perredista, quien ha emprendido una intensa campaña ciudadana, de altura y de amplio respeto hacia sus adversarios, reconoció que el reto más grande que se le ha presentado es obtener la confianza de la gente, la cual está totalmente desilusionada de los candidatos de siempre, así como de sus gobernantes.
Ante las múltiples expresiones de rechazo en contra de quienes sólo los visitan en tiempos electorales, la aspirante perredista explica a los victorenses que la política es el medio, no para enriquecerse, sino para que a través de los servidores públicos se busque solución a la problemática que enfrentan y que eso solo se puede lograr si todos acuden a votar por un cambio de gobierno.
Con gran entusiasmo y sin importar los intensos rayos solares ni el sofocante calor, la incansable candidata realiza recorridos diarios para constatar las difíciles condiciones de vida de las familias y su esfuerzo por llevar el sustento diario a los hijos.
Este sábado, “Shira” Casar llevó sus propuestas de campaña a los habitantes del Ejido Loma Alta y la colonia Las Brisas, quienes se mostraron gratamente sorprendidos con la presencia de la candidata la cual se ha caracterizado por entablar un diálogo directo y ameno en lugar de pronunciar discursos trillados y gastados que nunca se cumplen.