Samantha Rocha
El escritor británico Ken Robinson pronunció alguna vez estas sabias palabras; “Todo niño es un artista, porque todo niño cree ciegamente en su propio talento, la razón es que no tienen ningún miedo a equivocarse”, por ello, no es de sorprenderse que actualmente sea cada vez mayor el número de pequeños que brillan en las diferentes expresiones artísticas que existen.
Una de ellas, es la pantomima, que consiste en llevar a cabo una representación teatral en la que los actores no se expresan con palabras, sino únicamente a través de gestos o movimiento corporal.
Es una disciplina con gran popularidad en diversas partes del mundo, sin embargo, en nuestro país no ha logrado un desarrollo adecuado, por esta razón, es admirable la labor que realiza la maestra Norma Leticia Montoro, quien actualmente dirige el taller infantil de teatro y pantomima en el Centro de Educación y Formación Artística Universitario.
Fue un deleite poder observar una de sus clases, en donde los pequeños demuestran el gran talento que poseen, realizando increíbles piruetas, ejercicios, pero sobretodo, portando una enorme sonrisa en sus rostros por lo mucho que disfrutan practicar este bello arte.
La maestra Norma Montoro aplica diversas técnicas, como la mímica, la improvisación y el ejercicio, el cual les ayuda a concentrarse para que puedan asimilar mejor lo que se desea enseñarles “los niños son por naturaleza muy activos, por ello realizamos treinta minutos de activación física para que gasten un poco de energía y puedan estar atentos a la clase”.
También se llevan a cabo algunos números teatrales mediante los cuales se pone en práctica todo lo aprendido, de esta forma se prepararán para presentarse ante un público numeroso y cautivar con las historias que ellos mismos inventan.
Por ello, el taller de pantomima es un excelente complemento para otras disciplinas artísticas como la actuación, porque adquieren habilidades de proyección escénica y aprenden a darle la fuerza necesaria a los diálogos de cualquier obra teatral.
Actualmente el alumno más pequeño del taller tiene tan solo cinco añitos, pero la maestra nos cuenta que la ha sorprendido con su gran imaginación, pues es quien propone las ideas más innovadoras, “los niños son muy creativos, es más fácil que inventen cosas durante la infancia porque no temen equivocarse, al crecer empieza a darles pena, no quieren hacer ciertos gestos, movimientos o temen expresar sus ideas por el miedo al ridículo”, expresó.
Acudir a este taller, les aporta a los pequeños mucha seguridad en sí mismos, facilitándoles el llevar a cabo sus actividades diarias como participar o exponer en la escuela, además que les brinda las herramientas para que puedan comunicarse de manera más eficaz con las personas que los rodean y conocerse mejor a sí mismos.
