HANOI, Vietnam (AP) — El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, levantó el lunes el embargo que pesaba desde hace cincuenta años sobre la venta de armas a Vietnam durante su primera visita al país comunista, considerado por Washington un socio crucial, aunque imperfecto, en una región que está intentando colocar en el centro de su legado en política exterior.
Obama anunció el final del embargo en una conferencia de prensa en la que hizo hincapié en el deseo de dejar atrás la turbulenta historia entre los otrora enemigos de guerra y recompensar lo que describió como avances modestos en materia de derechos humanos en el estado de partido único.
«En este momento, ambas partes han establecido un nivel de confianza y cooperación, incluyendo entre nuestros ejércitos, que es un reflejo de los intereses comunes y del respeto mutuo», dijo Obama añadiendo que cada operación de venta de armas se revisará individualmente. «Este cambio asegurará que Vietnam tiene acceso a los equipos que necesita para defenderse y elimina un vestigio que persistía desde la Guerra Fría».
Obama está intentando alcanzar un equilibrio con Vietnam, al que calificó de país vital en una de las regiones más importantes del mundo, en un momento en que Beijing intenta reforzar sus polémicas reclamaciones territoriales en el mar de China Meridional, una de las rutas más transitadas.
Estados Unidos y Vietnam comparten preocupaciones sobre las cuestiones marítimas y la importancia de mantener la libertad de navegación en la región, explicó Obama. Aunque la postura de Washington es no tomar partido en disputas territoriales, esto es compatible con una solución diplomática en base a las «normas internacionales» y «no en quién es la parte con más poder», agregó.
El fin del embargo de armas supondrá un impulso psicológico para los líderes de Vietnam, que buscan contrarrestar a una China cada vez más agresiva, pero no representará grandes cambios en las cuentas de resultados de empresas armamentísticas. El presidente de Vietnam, Tran Dai Quang, elogió la mejora de las relaciones comerciales y de seguridad entre «antiguos enemigos que se volvieron amigos» y pidió una mayor inversión estadounidense en el país, apuntando que el comercio bilateral tiene un enorme potencial para crecer.
Legisladores y activistas estadounidenses habían pedido a Obama que presionase al líder comunista para imponer mayores libertades en el país antes de levantar el embargo. Vietnam tiene unos 100 presos políticos y este año realizó más detenciones.
Obama reconoció que entre los dos países hay todavía diferencias en cuanto a derechos humanos, pero destacó modestos avances en Vietnam.
Washington levantó parte del embargo de armas en 2014, pero Vietnam quería pleno acceso en un momento en que intenta enfrentar las reclamaciones territoriales de China y la construcción de instalaciones militares en aguas próximas al país. Aunque todavía no se han concretado compras, la eliminación de la sanción muestra que las relaciones bilaterales se han normalizado y abre el camino a una mayor cooperación de seguridad.
Tras tres días en Vietnam, Obama viajará a Japón para participar en una cumbre internacional y visitará Hiroshima, convirtiéndose en el primer presidente en activo que visita la ciudad donde cayó la primera bomba atómica.
Antes el lunes, Obama y Quang asistieron a la firma de una serie de nuevos acuerdos comerciales entre empresas estadounidenses y vietnamitas. La Casa Blanca dijo que el importe de esas transacciones supera los 16.000 millones de dólares.
Entre los acuerdos están los planes del fabricante estadounidense de motores, Pratt & Whitney, para vender 135 motores avanzados a la aerolínea vietnamita Vietjet y el de Boeing para vender 100 aviones a la empresa. Según Washington, el acuerdo de Boeing generaría 60.000 empleos en los sectores de fabricación y tecnología en Estados Unidos.
La Casa Blanca anunció también un acuerdo entre GE Wind y el gobierno del país para desarrollar 1.000 megavatios de electricidad generada por el viento.