En la ciudad de Oregon, Estados Unidos, un hecho indignó a la comunidad cuando una niñera a cargo del cuidado de un pequeño, lo golpeó severamente dejándole heridas y marcas, sin embargo fue liberada de los cargos debido a que el pequeño no puede declarar verbalmente quien lo golpeó.
Los padres salieron a comer y dejaron al pequeño a cargo de una niñera y al regresar lo encontraron lleno de golpes. El pequeño de nombre Jacob, tenía toda la cabeza llena de moretones y rasguños, mientras, la niñera estaba dormida en el sofá. Los padres de Jacob denunciaron de forma inmediata ante las autoridades a la supuesta agresora.
Lamentablemente dos meses después los padres se enteraron de que los cargos habían sido retirados, según medios locales, el motivo es que el pequeño no puede declarar verbalmente que fue agredido.
Para presionar a las autoridades el padre publicó la historia con imágenes de lo sucedido, esto ante la impotencia y enojo que sentía. El padre Joshua Marbury no se explica lo que sucede y compara un caso de asesinato donde “el muerto no puede decir quien lo mato”, y en su caso, solo porque su hijo no puede confirmar los hechos y la intensión, entonces no se puede proceder.
Joshua dice tener fotografías del resultado la agresión, y que además la propia niñera les confesó que lo había hecho.