Mauricio Zapata
El burocratismo y lentitud en los trámites gubernamentales son los que mantienen detenidas a las calderas en la carretera Victoria-Zaragoza desde hace más de 15 días.
En esta ocasión no avanzó debido a la falta de un permiso que no extendió a tiempo la Policía Federal, a fin de que esta corporación pudiese brindar seguridad al paso del convoy, cerrar la rúa y ampliar sus operativos en las vías a las que desviarían a los usuarios.
Según voceros de la empresa encargada del traslado de los “gigantes de acero”, parte de este lento avance se debe a que dependencias como la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) o la Comisión Federal de Electricidad (CFE) del gobierno federal, y Obras Públicas del gobierno estatal han ido retrasando su camino.
Hasta el momento llevan 16 días varados en el kilómetro 36 de la carretera que conduce a Zaragoza y se tenía programado que para estas fechas la caravana ya estuviera en la vía Rumbo Nuevo, no obstante, no se han dado los permisos necesarios para continuar su recorrido con destino a Tula, Hidalgo.
