octubre 22, 2024
Publicidad
junio 4, 2016 | 152 vistas

El cielo anunciaba lluvia, como venía haciéndolo durante toda la semana, pero el entusiasmo se sentía en el ambiente.

La gente se formó desde horas antes de las 21:30 horas a los terrenos de la Feria para ocupar sus lugares en el Palenque. Los esperaba un gran espectáculo.

La fila daba vuelta al recinto ferial, se contaban por centenas, y poco a poco fueron accesando al lugar.

La lluvia llegó pero no venía sola: agua, viento y granizo provocó su rápida movilización hasta el Centro de Espectáculos, y los organizadores del concierto de la noche, Eventos VIP, hicieron rápida la entrada para resguardar al público.

Ya en el Palenque, la lluvia se coló por todos lados, la gente corría de un lugar a otro hasta que por fin, después de unos minutos, cesó y permitió que tomaran sus lugares.

Mobiliario, equipo de sonido e instrumentos tuvieron que ser secados en el momento, ya que el agua alcanzó el escenario, y tenía que quedar listo en cuestión de minutos.

La gente no dejaba de llegar, todos querían ver al Buki en escena, y su recompensa llegaría, tarde, pero llegó.

A marchas forzadas, las personas encargadas del equipo de sonido, audio y demás instrumentos musicales limpiaron todo para que pudiera iniciar el espectáculo.

Una hora después y con el Palenque a un 98 por ciento de su capacidad finalizó la espera: Marco Antonio Solís salió al escenario. La conexión con el público fue inmediata.

El michoacano arrancó su presentación con su canción “No puedo olvidarla”, arrancando los gritos y los aplausos del respetable.

Con la elegancia que lo caracteriza (ataviado con un saco azul eléctrico, camisa blanca y pantalón negro), el famoso cantante continuó la velada con “Dios bendiga nuestro amor”, al tiempo que sonreía hacia todos los puntos del Palenque.

Rodeado por sus músicos y acompañado por tres coristas, el cantante conquistó al público desde la primera canción.

“La presencia vale hoy más que antes, hoy en día con tanta tecnología hemos restado importancia al hecho de estar. Gracias por estar aquí”, conversaba Marco Antonio con el público. “Es tiempo de hablar de lo que hay en el corazón. Las canciones son vehículos para hablar con el alma”, continúo como preámbulo para su siguiente interpretación: “Se va muriendo mi alma”, mientras el cantante permitía que el público cantara algunas estrofas.

Algunos puestos de pie y otros sentados acompañaron al michoacano en cada verso de su interpretación.

De repente, invitó a los victorenses a ponerse en pie y bailar con su siguiente tema “Morenita”, haciendo saltar de los asientos a todos los presentes.

El público de la noche rondaba entre los 15 y los 80 años de edad, y todos sonreían al escuchar las canciones de su artista favorito.

El Buki mostró sus primeros pasos de baile con esta interpretación, sacando una tejana negra que portaba elegantemente, contagiando a todos con su ritmo y haciendo bailar a su público.

La noche continúo con las canciones “La venia bendita”, “Cuando te acuerdes de mi”, “Y ahora te vas”, “Cómo fui a enamorarme de mi”, “Tu me vuelves loco”, “¿A dónde vamos a parar?”, “ Tu cárcel”, “A donde vayas”, “El milagrito”, “O me voy o te vas”, “Sigue sin mi”, “El perdedor” y “Mi eterno amor secreto”.

Cuando tocó el turno a la interpretación de “Si no te hubieras ido” el cantante recogió una rosa que una fan le aventó al escenario.

A media interpretación y con el público enardecido por su música, la banda dejó de tocar y Marco Antonio se inclinó al centro del escenario, como haciendo una reverencia, pero así permaneció durante unos minutos. El público se volvió loco. El grito de “Buki, Buki”, inundó el lugar, y fue cuando todos nos dimos cuenta de que el cantautor de estas hermosas melodías estaba orando.

Cuando terminó su charla con el Creador y terminó la canción. El publico se volcó en aplausos hacia el michoacano que saludaba con la mano al público, despidiéndose.

Pero los victorenses no querían dejarlo ir, así que esperaron todos en sus lugares gritando eufóricos por otra canción más.

Fue como las trompetas empezaron a sonar para dar los primeros acordes al tema “Más que tu amigo”, saltando al escenario de nueva cuenta el aclamado intérprete, que cantaba y tocaba los timbales en el centro del redondel.

Finalizada su actuación, Marco Antonio se volvió a dirigir al público por última vez, deseando que la paz llegara a nuestra tierra.

“Un público tan bonito se la merece”, decía al tiempo que pedía que Dios iluminara a cada uno de los habitantes de Tamaulipas para que pudiéramos vivir tranquilos y con armonía.

Diciendo esto hizo una reverencia en señal de agradecimiento, al tiempo que agitaba sus manos al aire y abandonó definitivamente el lugar.

La gente bailó, cantó pero sobretodo salió del lugar con una sonrisa al disfrutar de un show de lujo.

Comentarios