CARACAS, Venezuela, junio 7 (Notimex)
Por tercera vez en un mes, la policía venezolana impidió una marcha de la oposición para exigir al Consejo Nacional Electoral (CNE) una fecha para la validación de las firmas con las que se solicitó un referéndum contra el presidente Nicolás Maduro.
Una impresionante fuerza militar y policial con equipos antimotines fue desplegada en todos los acceso al municipio Libertador, en el centro de Caracas, donde está la sede del CNE.
La manifestación avanzó unos pocos metros desde el punto de concentración, en la urbanización Bello Monte, en el este de la ciudad, hasta que se encontró con el cordón de la policía, frente a la Universidad Bolivariana de Venezuela.
En ese punto, la policía contuvo a los manifestantes y los dispersó disparando gases lacrimógenos desde las puertas portátiles fortificadas que fueron desplegadas.
La marcha, encabezada por el líder opositor Henrique Capriles, así como varios diputados, que antepusieron una enorme bandera venezolana, se desvió hacia una autopista, buscando un camino distinto al CNE, lo que provocó la movilización de las brigadas a otros puntos, con otra andanada de gases lacrimógenos.
La protesta se efectuó horas antes de una reunión anunciada entre el directorio del CNE y la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) en la que se definiría un cronograma para los siguientes pasos del referéndum.
En la manifestación, Capriles conversó con los jefes del operativo policial, pero no logró que abrieran el paso, alegando que la sede del CNE, en el centro de Caracas, fue declarada zona de “seguridad” por un fallo judicial, por lo que se prohibieron las protestas en sus alrededores.
La oposición denunció que los obstáculos para marchar hacia el CNE se hicieron palpables este martes, luego que al menos cinco estaciones del Metro de Caracas fueran cerradas y se militarizaran varias zonas de la ciudad.
Capriles criticó el despliegue de seguridad que comparó con un escenario de “guerra” y dijo que es muestra del “miedo” de Maduro a someterse a la consulta popular.
“Los derechos constitucionales no se negocian. No hay que dialogar sobre lo contemplado en nuestra Carta Magna y mientras el CNE no dé respuestas para la validación de las firmas, seguiremos yendo las veces que sean hasta que respeten los derechos de todos los venezolanos. Más de 80 por ciento quiere cambio y ese cambio pasa por el referéndum revocatorio”, señaló Capriles.
Agregó que el CNE lleva 38 días revisando el uno por ciento de las firmas, un trámite que debió durar cinco días, según el reglamento.