octubre 24, 2024
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junio 9, 2016 | 1259 vistas

Buraco das Piranhas, Brasil, 9 Jun (Notimex).- Pez temido e inspirador de películas de horror hollywodenses, la piraña forma parte de la vida cotidiana de cientos de poblados en el Amazonas y en el Pantanal de Brasil, donde es consumida en forma de nutritiva sopa a la que algunos le atribuyen propiedades afrodisíacas.

En el estado de Mato Grosso del Sur, en la frontera suroccidental de Brasil con Bolivia y Paraguay, los ríos Paraguay y Miranda, así como las decenas de afluentes que se forman en la época de intensa lluvia, están infestados de pirañas.

“Si pones en el anzuelo un trozo de carne de buey no tardarás un minuto en que pique alguna”, aseguró Marcelo, un guía local de 36 años, mientras acompaña a Notimex en un viaje de varios días por el corazón del Pantanal brasileño.

Su predicción se cumple a la perfección: el anzuelo con la carne entra en el agua y rápidamente la fina caña de bambú comienza a ser zarandeada por pirañas amarillas de hasta casi dos kilos.

En pocos segundos –tras un rápido tirón- la piraña queda atrapada en el anzuelo y, mientras pende del hilo de pescar, se escucha un revelador sonido, similar al de dos piedras colisionando: son los afilados dientes de la piraña impactando en el anzuelo metálico.

“Ahora viene la parte más peligrosa: separar a la piraña del anzuelo sin que te arranque un dedo”, explicó el guía, nacido en la región y conocedor de la exuberante naturaleza local, compuesta de cientos de especies como tucanes, jaguares, serpientes y caimanes.

Fuente de inspiración de una decena de películas de terror, la piraña es un pez que se utiliza como alimento en el Amazonas y en el Pantanal –una aislada área natural de 220 mil kilómetros cuadrados divididos entre Brasil, Bolivia y Paraguay-.

“No es uno de los peces más apreciados por los pescadores, pero es consumido en los pueblos ribereños en épocas de escasez de otras especies”, comentó a Notimex Ruiter Braga, técnico de pesca del Instituto Mamirauá, organización social dedicada a la asistencia de las comunidades amazónicas brasileñas.

“Es común que en el Amazonas los pescadores pierdan algún dedo o parte de éste como consecuencia de la pesca de pirañas. Al recoger las redes de pesca las pirañas están excitadas y atacan como acto de autodefensa”, indicó Braga, quien vive en el municipio amazónico de Tefé.

Braga señaló que, a diferencia de la creencia popular, la piraña no ataca al hombre salvo que haya “ruidos, movimiento o grasa de pez en el agua”, por lo que los niños de poblados amazónicos toman sin problema baños en aguas infestadas de pirañas.

A pesar de ser carnívoro y caníbal, la piraña sólo muerde al hombre si hay heridas que expongan sangre, lo que sí atrae el apetito del animal.

En Mato Grosso del Sur, la forma más común de consumir la piraña –que tiene una carne fibrosa, blanca y algo insípida similar a la de la tilapia- es en forma de caldo, muy popular incluso en grandes ciudades.

De hecho, algunas empresas en Campo Grande –la capital de Mato Grosso del Sur- han empezado a comercializar un caldo de piraña soluble que exportan a otros estados de Brasil.

“Producíamos la sopa de forma artesanal en la pescadería. Pero la gente venía, lo consumía y quería hacerlo en casa, aunque no sabían. Por eso lo fabricamos soluble”, relató a esta agencia Cleuber Linares, socio de una pescadería con 40 años de historia en Campo Grande.

“Mi padre me enseñó a hacer el caldo de una forma particular, en una receta que no revelamos”, añadió Linares.

“Ahora lo vendemos soluble, en forma semiindustrial, en unos vasitos individuales y en embalajes de kilo para exportar a otros estados”, aseveró el hombre, quien cobra casi dos dólares por vaso y vende el kilo de piraña fresca a cuatro dólares.

La alta concentración de proteína hace su carne –que también se come a la brasa o incluso cruda- atractiva para el consumo humano, mientras proliferan las leyendas sobre su supuesto poder afrodisíaco o el uso de los dientes de la piraña para construir las puntas de las lanzas de tribus indígenas.

“Es una fantasía”, manifestó Rusty Marcellini, coordinador del proyecto Fartura Gastronómica, un grupo que lleva un lustro viajando por Brasil para identificar las tradiciones gastronómicas locales de cada una de las regiones del país.

“La sopa se toma sobre todo en el interior de los estados amazónicos y del Pantanal. Se toma en zonas cálidas y suele ser el plato inicial de las comidas”, agregó.

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