LOS ÁNGELES, E. U., junio 10 (Agencias)
Jonás y Alfonso Cuarón fueron las grandes figuras de la jornada de clausura del Festival de Cine de Los Ángeles, que culminó sus actividades con la proyección del thriller migratorio “Desierto”.
Jonás, como director de la cinta, y su padre Alfonso, como productor, desfilaron por la alfombra roja para poner el broche a una edición muy latina del Festival, ya que “Desierto” fue la guinda del evento, pero la jornada inaugural la protagonizó Lowriders, del director peruano Ricardo de Montreuil y con el mexicano Demián Bichir y Eva Longoria en su elenco.
“Desierto”, con Gael García Bernal, narra la historia de un grupo de migrantes que trata de llegar a Estados Unidos y que debe escapar de un vigilante fronterizo dispuesto a darles caza por todos los medios posibles.
En declaraciones, Jonás Cuarón subrayó que se trata de un largometraje de acción, “de suspense puro”.
“Es una película para los que aman la adrenalina. Es como el tipo de película que conviene ir con tu pareja para tener una excusa de agarrarle la pierna toda la hora y media”, detalló.
El filme, cuya inspiración surgió de un viaje por Arizona con su hermano, aspira a retratar las historias en torno “al odio al inmigrante, al extranjero” y a “generar un buen debate” sobre los dilemas de la inmigración y la tolerancia.
“Desierto es antes que nada un película de género y acción, pero sí pone una lupa sobre a lo que puede llegar la sociedad si sigue bombardeada con el discurso del odio”, argumentó.
Acerca del rodaje en paisajes desérticos, Jonás Cuarón no escondió, sin perder el humor, que no fue una experiencia ideal.
“La verdad es que fue bastante fastidioso. Escogí localizaciones que implicaban manejar dos horas nada más para llegar. Y de ahí había que cargar todo el equipo, había víboras, calor, polvo… Ojalá mi próxima película sea en un departamento o en una playa”, bromeó.
Aseguró además que escribió el guión del filme pensando expresamente en García Bernal, no sólo porque es uno de los actores que más admira sino también por su compromiso con el asunto migratorio.
Por su parte, su padre y productor de la cinta, Alfonso Cuarón, elogió de Desierto su “maravillosa combinación” de cine de género con una temática “sociopolítica muy actual”, que es “el terror que la gente le tiene a la inmigración” y “la relación con el que no es como tú”.
Tú ves un grupo de migrantes que tratan de cruzar el desierto simplemente buscando una mejor vida. Y esa recepción, en la tierra de la gran promesa, no es la que esperan”, describió.
De cineasta a cineasta, Alfonso Cuarón dijo que admira la “impresionante seguridad” con la que rueda Jonás, especialmente las escenas de acción, y aseguró que él hubiese deseado tener esa seguridad cuando hizo su primera película.
Por último, destacó “el discurso” de “Desierto”, especialmente ante los mensajes “totalmente xenofóbicos” que se escuchan en EU y Europa.
En este sentido, al ser cuestionado sobre el largo recorrido y el éxito que ha tenido el ahora virtual candidato republicano a la presidencia de EU, Donald Trump, respondió de manera sucinta: “Trump no es más que el síntoma de una enfermedad”.