octubre 24, 2024
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Más allá de los procesos electorales

junio 12, 2016 | 264 vistas

Samantha Rocha

 

Una tarde cálida de esas tan comunes en nuestra Ciudad y una buena taza de café, formaron el escenario perfecto para conocer la esencia que engloba sus once obras literarias, pero también, dar un vistazo al lado humano del hombre, aquel que sostiene con firmeza su pluma consciente de que las ideas no expresadas están destinadas a la muerte y no podía ser otro que Evaristo Benítez Castro.

 

Biografía y obras

Evaristo Benítez Castro, nació el 26 de junio de 1948 en Llera, Tamaulipas, sin embargo, por cuestiones de trabajo emigró junto a su familia al Distrito Federal, donde cursó sus estudios de educación básica. Su enseñanza secundaria la realizó en Tula, Tamaulipas y la preparatoria en Tampico.

En nuestra Ciudad Capital llevó a cabo su carrera universitaria como alumno de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) “nosotros salimos en junio de 1966 de la prepa y en septiembre del mismo año se inauguró la nueva facultad, nosotros fuimos la primera generación de egresados”, nos cuenta.

En 1971 hace una especialidad en nutrición animal de nueva cuenta en el Distrito Federal, volviendo en 1972 a Ciudad Victoria para iniciarse en la docencia, impartiendo la materia de nutrición durante ocho años en la facultad que lo vio formarse.

Así, a finales de los setentas junto a Jesús Lavín Flores, crea el Centro de Desarrollo Académico de la Universidad, donde nació su interés por las letras y los temas electorales, “hacíamos revisiones de planes de estudio, dábamos cursos a los maestros de toda la UAT desde Laredo hasta Tampico”, de ahí surgió la revista Educien; Educación y Ciencia, la cual circuló durante dos años bajo su dirección.

Sin embargo, tras la crisis y diversos problemas al interior de la institución, su vida dio un giro encaminado a las letras, “estudiar veterinaria me dejó muchas satisfacciones, pero la vida, aun estando contento con lo que haces en ocasiones te da un empujoncito para tomar otra brecha y si no te desagrada pues caminas en ella”, compartió.

Fue como se inició en el periodismo diario en noviembre de 1992, comenzando a escribir para “La Verdad de Tamaulipas” donde publicó la columna diaria “Escenarios”, colaboró también en “El Mercurio”, las revistas “Perfiles Políticos” y “Poste Restante”, así como en esta casa editorial.

En 1993 publica su primera obra, una novela corta que llevó por título “La protesta de los difuntos pueblerinos” en la cual a través de 28 páginas, mezclando un toque de fantasía con la realidad y su propia experiencia como docente, realizó una sátira sobre el proceso de elecciones en la universidad, “la diferencia es que anteriormente competían más de uno, ahora la moda es tener candidato único, ello de cierta forma inhibe el proceso democrático de la juventud y causa ciertas alteraciones”, expresó.

Después de eso, escribiendo ya para prensa, decidió realizar la primera antología de su columna política “Faena en canal” título bajo el cual aparecieron sus primeros análisis periodísticos debido a la manera cruda con la que exponía los mismos, publicando dos años más tarde un segundo volumen.

En el año 2002 edita un ensayo titulado “Acceso al Poder, la visión de un Ciudadano”, donde escribe sobre los procesos electorales que desde 1992 ocurrieron en nuestro estado, pero sin dejar de analizar los acontecimientos políticos más relevantes a nivel nacional.

 

Este ensayo fue el primero de una trilogía, al que le siguieron “Sucesión acotada” en 2003 y “Sin fronteras” en 2005.

En 2006 presenta su segunda novela “La víbora chillando” con la sucesión de Felipe Calderón y tres años después decide dedicarse únicamente a los libros, presentando en 2011 “Juegos de poder”, “A mi punto de vista, si quería tratar de reflejar la realidad, no podía hacerlo en una columna diaria y ahí fue cuando decidí retirarme, en muy buenos términos. El último periódico con el que colaboré nueve años seguidos con una columna diaria fue La Verdad”, nos cuenta Benítez Castro.

En 2013 gracias a sus vivencias en el Instituto Estatal Electoral edita “La bitácora” y meses más tarde “La transición”. Finalmente, como una continuación de ésta última surge “Las tribulaciones modernas” su obra más reciente, que vio la luz en octubre de 2015.

En este libro, el autor hace un análisis sobre precisamente eso, las principales preocupaciones que aquejan a nuestra sociedad ante un sistema político desgastado; abordando temas como el ámbito de seguridad pública, las candidaturas independientes o la transformación del Instituto Federal Electoral (IFE) en Instituto Nacional Electoral (INE).

Nos platicó también que observa un crecimiento favorable en la participación de los jóvenes durante los procesos electorales, sin embargo esta no se concreta ni se ve reflejada más allá de las redes sociales “el joven tiene la inquietud, pero no la manifiesta en las urnas, que es dónde en realidad cuenta”:

Finalmente plantea los posibles escenarios para el reciente proceso de elecciones que vivimos en el estado, todo ello, debidamente fundamentado en hechos anteriormente difundidos, porque como él mismo lo plantea, “no se trata de adivinar lo que va a ocurrir, se trata de establecer pronósticos basados en la realidad y en la conducta que han tenido los partidos y sus candidatos en el pasado inmediato. Pocas cosas son circunstanciales”.

La trama principal de sus once obras se concreta a los procesos electorales; cómo se organizan, la lucha de poderes y cómo se selecciona a los candidatos, “tengo una manera muy caprichosa de escribir, si se me ocurre la idea me siento y no me levanto hasta que lo termino, por lo general no me lleva menos de tres meses e incluso hubo uno que me tomó dos años concluirlo”, compartió.

Además expresa que es un proceso complicado y lento, pues no es nada fácil darle forma a las ideas, conseguir los recursos económicos ni mucho menos el apoyo para lograr venderlo, pero la satisfacción al ver sus libros terminados lo compensa todo y sabe que en algún momento tendrán un impacto positivo en los lectores.

Le gustaría escribir su doceava obra basándose en el pasado proceso electoral, pero con un giro más novelístico “en un mes más decido si hacer otro libro o hago algún proyecto al interior de la administración pública.

 

El lado humano

Ha tenido que enfrentar duros golpes a lo largo de su vida, especialmente la pérdida de seres amados, lo cual lo ha impactado de manera emocional y física, “un problema de salud especialmente en alguien cercano a ti te baja las defensas, no sabemos cómo vamos a reaccionar hasta que ocurren las adversidades, porque no es un razonamiento sino el instinto de supervivencia el que actúa”.

No obstante, ha vencido las tempestades con la fuerza que le brinda el ser un hombre apegado a su familia. Porque Evaristo Benítez Castro es esposo amoroso y padre entregado a sus hijos; Luz Minerva, E. Abraham y Rebeca quienes le han dado la dicha de ser abuelo de cuatro varones y una hermosa pequeñita.

Tenerlos a ellos le ha cambiado totalmente su perspectiva del mundo, ahora la prudencia es parte fundamental de su existencia, volviéndose una persona más reflexiva “a veces creo que soy más feliz en esta etapa de lo que fui de joven”, agregó.

Y aunque ha logrado obtener grandes triunfos, agregó que desde la adolescencia tiene un sueño inconcluso, el cual consiste en crear un centro de investigaciones electorales con el apoyo de aquellas personas que compartan sus mismos ideales e inquietudes sobre el tema “incluso lo tengo por escrito en seis cuartillas, si se dieran las circunstancias sería un éxito porque no existe ninguno en el país”, concluyó.

Un escritor pacifista pero de ideales contundentes, consciente de que los problemas pueden encontrar una mejor solución a través de las letras, pues lo que se plasma en un texto perdura por siempre y se debe tener el valor para asumir las consecuencias de lo que se escribe, pero si con ello se logra impactar a la sociedad de una manera positiva, significa que el camino recorrido es el correcto.

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