BENGHAZI, Libia (AP) — Al menos 16 milicianos libios murieron el jueves en dos ataques del grupo Estado Islámico, al que fuerzas del gobierno intentan expulsar de Sirte, su último bastión en Libia, según autoridades.
Los ataques forman parte de una oleada de atentados suicidas lanzados por el grupo extremista para frenar el progreso inicialmente rápido de las fuerzas anti EI, lideradas por milicias de la ciudad occidental de Misrata.
Casi 180 milicianos han muerto en los contraataques del grupo EI desde el inicio de la ofensiva a principios de mayo.
En las últimas semanas, las milicias han logrado recuperar amplias zonas de Sirte, incluida la base aérea, el puerto y una serie de barracones. Videos e imágenes de la ciudad mostraban milicianos derriban un escenario utilizado por miembros del grupo extremista para decapitar y fusilar enemigos. Las autoridades dicen haber acorralado a los combatientes islamistas en una pequeña zona de la ciudad en torno al centro de convenciones, y que el grupo se ha replegado en su cuartel general.
Sin embargo, algunos milicianos parecían capaces de atacar tras las líneas del frente, posiblemente tras esconderse entre las familias que huían de los combates, dijo Ahmed Hadia, responsable del centro de medios de la operación contra EI.
Diez milicianos murieron y siete resultaron heridos en un ataque suicida contra una comisaría en Abu Ghrain, una localidad situada en una encrucijada que conecta las ciudades costeras con el sur, dijo a Associated Press el portavoz hospitalario Abdel-Aziz Essa.
El día anterior, Hadia dijo que el centro de operaciones había perdido el contacto con una unidad de seis exploradores dentro de Sirte. Horas más tarde, el grupo EI difundió imágenes en internet de los cuerpos de varios jóvenes de uniforme en la parte trasera de una camioneta deportiva, y los describió como miembros de las fuerzas de Misrata. Hadia indicó que dos de los hombres habían sido identificados como integrantes de las fuerzas de sus tropas.
Los combatientes del grupo EI que lograron escapar de Sirte «podrían ser un amenaza más grave que los combatientes a los que rodeamos ahora».
